Saturday 4 April 2015

G U A T E - M O R F O S I S


G U A T E - M O R F O S I S

Hay un cambio esperando por nosotros, y este cambio solo empieza si vos cambias. (R. Arjona)

En diciembre del 2010 se publicó en un prensa nacional que la empresa de bebidas carbonatadas Cabcorp, que acapara mas del 41% del mercado en Guatemala, cerrará el año con un crecimiento del 7% en sus ventas y un incremento de sus utilidades del 9%. El crecimiento anual de bebidas carbonatadas está esperado en un 6% en el 2011, o sea mas que la tasa de crecimiento poblacional. 

Cómo se logra eso? Penetrando mas en el mercado. Al final de cuentas Pepsi, al mejor estilo de cualquier gobierno populista o campaña política regala pelotas de fut, patrocina artistas, paga eventos deportivos y musicales para la juventud y la niñez, elude impuestos al reportar dichos regalos como parte de su estrategia de RSE y promoción y publicidad, pero sobre todo, penetra en el mercado. Sin embargo, cabe evaluar un poco más a fondo qué significa el consumo de bebidas carbonatadas, y otras comidas chatarra en función de su valor nutritivo y el impacto a la salud de las futuras generaciones y del futuro de Guatemala, ese país que Arjona nos recuerda en la distancia.

A diferencia de la creencia popular, la obesidad es un reflejo de malnutrición en los niños. En México, por ejemplo, más del 60% de los niños y jóvenes que viven en las delegaciones mas pobres se alimentan de “comida chatarra”, lo cual provoca obesidad, según revelan estudios de la UACM[1]. Quienes padecen mas de obesidad en México y EUA son las familias de ingresos bajos. Para comprender el fenómeno de obesidad y desnutrición en esos estratos de bajos ingresos se puede acudir a los determinantes de la demanda. El principal determinante de lo que las personas consumen es el nivel de ingresos disponibles de las personas. Paradójicamente la comida más saludable es la más cara y viceversa.

“No es que la gente no sepa qué comer, el problema es que no tiene para hacerlo bien. Su poder adquisitivo hace que no pueda acceder a verduras o frutas, sino que lo más cercano son galletas y azúcares”. (dice el Investigador de la UACM)

¿Cual es el valor nutricional de una Pepsi cola? Según las etiquetas aprobadas por la FDA, una lata de 8oz de cola contiene el equivalente a 100 calorías, 0.27 gramos de sodio y 27 gramos de azúcar. Esto equivale a 20 minutos de ejercicio aeróbico o 7 cucharadas de azúcar respectivamente.
Más calorías no significan mejor salud. Según estudio de la Universidad de Miami la ingesta de bebidas gaseosas aumenta el riesgo de padecer hipertensión arterial. Más aún, el estudio determina que las bebidas dietéticas aumentan el riesgo de sufrir problemas cerebro-vasculares. (PL 4.oct.2011). Aún mas preocupante es la reciente publicación sobre la correlación entre los colorantes de las colas de color marrón y algunos tipos de cancer, como el de prostata[2].

Por otro lado, Frito Lay (perteneciente a PepsiCo) estima que se consumen alrededor de 336 millones unidades de Tortrix en un año en Guatemala. (elperiodico 13 ago 2011) Una bolsa de Tortrix de 38gms contiene aprox 250 calorías -es decir, el equivalente a una hora de caminata enérgica-, sin muchos más nutrientes adicionales.

El problema surge cuando la comida chatarra es más accesible a las personas de más bajos ingresos y se percibe como un alimento primordial, por razones de percepción o razones económicas. En febrero de 2012, en Guatemala, el precio de una Pepsi en lata (Q.4.00) y una bolsa de tortillitas fritas (Q1.00) cuestan en total Q5.00, mientras que una manzana (2.00) y medio litro de leche (por no encontrarse en otra presentación de menor cantidad) (Q6.50), suman Q8.50.

Tanto la manzana como la leche representan más beneficios nutricionales que las comidas y bebidas chatarra.

Un vaso de 240 ml de leche fluida de vaca aporta el 23% de las recomendaciones dietéticas diarias de calcio para un adulto mayor. Además la leche concentra vitamina D. Tomar leche facilita que en una misma porción de alimento la persona reciba varios nutrientes a la vez[3]. Un niño en edad escolar que tome medio litro de leche al día, ingiere cerca de la mitad de las proteínas necesarias y más del 80 % del calcio y de vitamina B2. Por otro lado, una manzana proporciona 95 calorías, fibra, proteína, vitaminas A y C, calcio y hierro juntos.

En el mercado, se busca competir por más consumidores. Los enemigos de las aguas gaseosas son los jugos naturales, la leche o cualquier otra bebida, nutritiva o no, que pueda amenazar el consumo de la bebida carbonatada.

De hecho, mientras menos productos substitutos el consumidor perciba, mas garantía de mantener a un mercado cautivo. El ideal sería crear consumidores adictos a una marca o producto. Según el Centro para el control de enfermedades (CDC), en EUA más del 50% de la población mayor de 2 años son adictos a las colas[4].

Y volviendo al tema de la Pepsi en Guatemala. Pablito y Anita no compran bebidas gaseosas, galletas y papas fritas embolsadas por su valor nutritivo necesariamente sino por su accesibilidad: Además de su bajo precio, es más accesible en la tienda de don Beto comprar esos productos que otros más nutritivos. La otra razón de preferencia es por lo que en mercadeo se llama compra impulsiva[5], es decir que el proceso de decisión de compra no conlleva mucho razonamiento y es allí donde la publicidad tiene mayor impacto. Los productores gastan mucho más en publicidad que en hacer sus productos más nutritivos, menos contaminantes o de mejor calidad. Si la publicidad no influyera en la decisón de compra nadie invertiría millones de dólares en campañas publicitarias, pelotas de fútbol, en anuncios radiales y televisivos, conciertos en la playa o en comprar las almas de artistas y hacer extraordinariamente bellos spots musicales con objetivos puramente comerciales y de marketing.

¿Hasta donde es eso libertad de elegir de parte del consumidor? ¿Está eligiendo porque conoce o porque el ethos ha sido secuestrado por pocas empresas que gastan millones en crear una cultura de consumo hacia una determinada marca y hacia un determinado producto?

Más aún, los refrigeradores que las distribuidoras de aguas gaseosas prestan o alquilan a don Beto, el tendero de la esquina, que menciona Arjona, no pueden ser utilizados para guardar otro producto que no sea de esa embotelladora. Es decir, ni leche, ni carne, ni pescado, ni ningún otro alimento más nutritivo, más importante en la escala  nutricional de los niños que el agua gaseosa. ¿Puede don Beto decidir qué vender en su tienda?, es una libertad amarrada, relativa, condicionada. ¿Es esa la libertad que tanto se pregona en algunos circulos que concentran el poder económico en el país?

Esos oceanos y esos lagos que se refiere Arjona y que no se ven por las vallas promocionales que reclaman el territorio “a la tortrix”, o que cuando se ven, están sobre-contaminados con botellas plasticas, latas, bolsitas de papitas fritas y chips, también son parte del paisaje de Guatemala en playas, lagos, bosques, rios...

Según una tesis de Mercadeo Cum Laude (sic) de la Universidad Francisco Marroquín, firmada por Jose Raúl Gonzales, Decano de economía esa casa de estudios, casualmente el mismo Homo Economicus que escribe en este diario y VP financiero de la Pepsi, “las bebidas gaseosas compiten directamente con jugos, frescos y demás bebidas”. Las marcas que tienen mayor penetración en el mercado son Pepsi y coca y son esas las que más toman en casa (28%) y en fiestas (52%).

Dice la Licenciada Portocarrero que “es muy común que el niño de entre 5 a 10 años se encuentre mas enterado que sus padres sobre las marcas y la propaganda de los productos ya que por naturaleza ellos tienen sus mentes abiertas a nuevos productos…”(Portocarrero, 2000)
Otra tesis de la misma universidad  sugiere que “si se logra que un niño crezca con una marca, en el futuro se obtiene (sic) a un adulto leal…” (Bermejo, 1994).  

“Cuando estés tentado a fallarle a Guatemala, pensá que es tuya y que es fallarte a vos mismo.” Talvez esa frase debiera ser escuchada y aplicada como verbo y no sustantivo por el ex-vicepresidente financiero de Pepsicola en Guatemala, profesor de la universidad libertaria y ex-columnista de prensa, que ha declarado en sus columnas de opinion que no debemos pagar más impuestos y que el Gobierno debiera congelar sus gastos entre otras opiniones. (PL feb 2012 )
Hoy es personero ejecutivo de una empresa con poder monopolico en Guatemala.. que contradice su ideología pro libre-mercado (libertaria).
La realidad de Guatemala es que el Gobierno no tiene suficiente dinero para atender los urgentes problemas de seguridad, de delincuencia, de educación, de salud y de nutrición. Solo el plan piloto de la súper tortilla costaría Q20 millones, y el programa hambre cero Q2 mil millones! De donde sacamos la plata para atender a esos niños que necesitan más pan que circo? ¿Qué volcán subimos? ¿A qué cantante llamamos para que nos levante los ánimos y nos distraiga? !Guatemorfosis! !Despertemos! Conozcamos y analicemos. 

Parafraseando a R. Arjona; “yo también quiero cambiar para que cambie lo que no quiero” y cambiar a mi país también implica cumplir, darle la mano a quien más necesita sin alardear de ello, o eludir impuestos con lindas campañas mediáticas que mas que resolver los problemas divierten a la ciudadanía y mantienen a los mercados en creciente concentración. Hoy por hoy, abrir los ojos de otros, escribiendo con honesta brutalidad, o sencillamente cuestionando a quienes nos quieren dar atol, (o talvez Pepsi), con el dedo es mi forma de hacerlo.

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