Tuesday 18 March 2008

Pueblo Rico, Pueblo Pobre



En un pueblo de un país tercermundista 6 de cada 10 personas vivían en pobreza. Todos querían vivir como “los ricos” en la ciudad capital, y no entendían como funcionaba todo eso de la economía, la politica, la democracia y esas cosas de “gente estudiada”. Lo que si comprendían era que al tener dinero podían salir de su situación, pues el dinero podía comprar cualquier cosa. Los mas vivos comprendieron que si el dinero podía comprar cualquier cosa, tambien podría “comprar” personas y voluntades. Así, en este pueblo, algunos empezaron a ver que habían extranjeros que pagaban en dolares por comprar pulseritas tejidas, otros pagaban por comprar lo que ellos usaban todos los días para vestirse: huipiles, por lo que empezaron a vender dichos productos. En este pueblo, el clima era idóneo para cultivar cualquier planta tropical.
Algunos se empezaron a dar cuenta que podían vender otro tipo de productos o servicios. Llegaban “turistas” buscando niñas vírgenes, otros buscaban niños para satisfacer sus aberraciones, pero pagaban. Así, el pueblo se pasó de producir moras y maíz a marihuana y amapola.
Lo que movía a los comerciantes no era la etica o los valores, era la necesidad de salir de pobres. Luego evolucinó a lo que significaba ser mejor, y ser mas que otros. Tener un carro exotico, construir un palacete con piscina y todos los lujos, vestirse con ropa extravagante y con cadenas y pulseras de oro y otras joyas. Los “ricos” del pueblo empezaron a ayudar a sus paisanos. Les regalaban comida para navidad, algunos construyeron pequeñas villas y repartieron las casitas. Estos grandes señores se volvieron los protegidos del pueblo. Tan así que ya no creían en el alcalde o gobernador, y preferían seguir a sus lideres los nuevos prosperos del condado.
En este pueblo, los 5 policías de la comunidad se preocupaban por meter preso al ladron de gallinas, no había en realidad una autoridad que vigilara los ilicitos. Los 5 policías tambien se beneficiaban ya que recibían regalos de los grandes señores… y vivían felices.
Este pueblo diversificó su producción. Ahora no vendía frutas y vegetales. Durante muchos meses en el año, los campos de alrededor se mostraban coloridos y bellos, con una flor exótica. Pero no era la flor lo que exportaban… Ahora vendían semillas. Lo mas interesante es que en este pueblo nadie era drogadicto. Eso no iba con sus costumbres y sus principios religiosos. Ellos seguían comiendo productos locales, y ahora el pueblo prospero tenía sus propias leyes. No entendían porqué el gobierno se metía a arrasar las plantaciones, pues ellos solo estaban dedicados a trabajar en una industria prospera. Si antes era la mora y ahora era la amapola, no hay diferencia. No nos culpen a nosotros decían, nosotros solo vendemos lo que otros compran. Y estamos saliendo de pobres. No es eso lo que al final del día se busca? Un nuevo modelo de desarrollo había surgido en Afganistán. Cualquier parecido con la realidad guatemalteca, esperamos sea coincidencia.

Del Homo Economicus a Homo Eticus





El principio de racionalidad económica argumenta que los seres humanos basan la toma de sus decisiones en función de costos y beneficios. Los costos se minimizan y los beneficios se maximizan en cualquier acción que emprendan. Y mire usted si no es así. Al utilizar su tiempo, usted pensará en maximizar su bienestar y minimizar sus costos. El beneficio neto que ud. Considera al leer esta columna desde su título pesa mas que el costo de dejar de hacerlo, de lo contrario ya lo hubiera dejado de hacer. Sin embargo usted considera que algo bueno le dejará haber leído esta columna en su totalidad. Bajo esa medida es que funciona nuestro paradigma como seres humanos racionales.
Al escuchar hace una semana en Canadá una ponencia académica sobre los nuevos retos de la humanidad en los países desarrollados, quise traer a la reflexión algunos puntos que me llamaron la atención. Uno de los primeros es la exposición de un nuevo paradigma: La economía basada en valores. Literatura ha surgido sobre este tema. Autores como Riane Eisler en: “The real Wealth of Nations” o Jerry Evensky en su “Filosofía Moral de A. Smith”, mencionan el descuido de la economía en factores fundamentales de este nuevo siglo como el papel de la equidad de género en la economía o el factor cultural y humano de las empresas, respectivamente.
El Ser humano y algunas sociedades han llegado al estadio en que las necesidades básicas están satisfechas, y aún muchas de las necesidades secundarias e incluso suntuarias. Eso ha convertido a algunas personas en seres “más humanos”, más conscientes de su realidad. En otras palabras, “más evolucionados”.
Si los valores de una sociedad son el bienestar social, la protección ambiental y la preocupación de los recursos en el futuro, el altruismo tiene sentido, pues llena otra de las necesidades del ser humano aprehendidas en el medio social donde se desenvuelve y adoptadas como valores propios como individuos. El nuevo planteamiento involucra tomar decisiones económicas en función de los valores individuales y sociales. Es decir, invertir en una actividad económica que aunque no esté regulada por las leyes del mercado o las leyes positivas del país, se pueda autorregular por los propios valores del oferente. A veces nos preguntamos si esto no es también lo que sucede en países donde los valores aprehendidos y adoptados riñen con el bienestar individual o social.
Producir bienes y servicios sin causar externalidades negativas, aunque esto represente altos costos a la producción sería absurdo bajo el principio de racionalidad economica. En un libre mercado, el oferente saldrá perdiendo financieramente. Pero si los otros oferentes basan su decisión de suplir el mercado, así como los consumidores del bien producido, también en los valores sociales compartidos, se rompería el problema de los costos ambientales y las externalidades negativas. Decisiones económicas basadas en la ética y no en la utilidad inmediata. En una frase: Principios éticos en el actuar económico. Una propuesta tan “descabellada” como plantear que la tierra es redonda o que los planetas giran alrededor del sol. Una propuesta naciente en estos países llamados “desarrollados”.
Una propuesta que nos arrincona filosóficamente a pensar. Mientras en Guatemala aún estamos discutiendo si son 6 u 8 de 10 quienes viven en situación de pobreza, en otras latitudes la discusión está en evaluar si el ser humano ha evolucionado… de “homo-economicus” a “homo-eticus”.

Atacar la Demanda

En los años 30s se legalizó y regularizó la venta de alcohol. Lo que era socialmente rechazado pero de facto realizado por muchos, fue enfrentado inteligentemente: el enemigo se hizo visible. Se puede regular, se puede gravar, se puede hablar de él sin tabúes y se puede erradicar en el tiempo. En el caso del cigarro, la batalla está ganada. Fumar perdió su exquisitez y glamour. Ahora fumar es de perdedores y cada día los fumadores se encuentran mas aislados. Hoy no hay áreas para no fumadores, sino pequeños espacios para quienes lo hacen. A pesar de lo terriblemente adictivo que es la nicotina, muchos productos salen al mercado para ayudar a quienes desean a dejar de fumar si la voluntad no es suficientemente fuerte. Clínicas y doctores especializados encontraron un nicho de mercado y generan toda una industria que genera grandes utilidades. Esto fue posible gracias a que el mercado del tabaco es visible. Los únicos ganadores del mercado del cigarro habían sido hasta hace poco, los productores. El consumidor no ganaba más que volverse adicto. El tabaco no se atacó eliminando las plantaciones de tabaco sino mas bien educando a la población, concientizando a los fumadores con evidencias sobre los males que acarrea a la salud y a terceros (fumadores pasivos), tales como cáncer, arterosclerosis e impotencia entre otros. En medio de leyes restrictivas, altos impuestos al consumo, y campañas de desincentivo a fumar, restricciones en publicidad y en el empaque, el cigarro es una industria que está apagándose. Tras alcanzar su cima en los 50´s, se ha mantenido a la baja. En resumen, se atacó la demanda con una estrategia de largo plazo. Al bajar los consumidores, los productores disminuyen. El consumidor inteligente fue más consciente al estar informado. Fumar ya no es una opción para quienes saben de los peligros y consecuencias del cigarro. Otras drogas hoy son hoy símbolo de status pero muy adictivas y destructivas. La relatividad de los valores y el fácil e irrestricto acceso a información propio del siglo XXI hacen que las drogas sean aceptadas y consumidas sobre todo en la juventud postmoderna que no tiene bases ni criterio para discernir sobre las consecuencias que éstas producen a sí mismo y su entorno social. A diferencia del tabaco, la batalla contra los productores de droga está perdida. Cada día los carteles son más fuertes y peligrosos. Los gobiernos no cuentan con los recursos necesarios para erradicarlos. Las armas, vehículos y dinero con que cuentan son mayores que los que el Gobierno cuenta. La mejor estrategia empieza en disminuir la demanda. En casa: hablando sin tabúes con los hijos y enseñando las consecuencias negativas que estos productos irreversiblemente ocasionan en la salud mental, física y emocional de los consumidores. Donde hay demanda habrá oferta. Un productor de droga existirá siempre que exista un consumidor. Atacar la demanda es el primer paso para ganar esa terrible guerra contra el invisible enemigo.

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