Tuesday 16 February 2010

El fracaso de PROREFORMA

"A veces las buenas intenciones son el mejor camino para un destino perverso."

Proreforma cometió algunos errores fundamentales que la condenaron a un fracaso político. Uno de ellos radica en que la propuesta pretendía cambiar el sistema político, económico y administrativo del país afectando la representatividad del sistema actual limitando a la mayoría de la ciudadanía en edad en su actual derecho de elegir y ser electos, en este caso para votar y/u optar a cargos de elección, por ejemplo.
Una pregunta fundamental no abordada es: ¿Cómo garantizar que los representados en el Senado sean representativos de los diferentes departamentos de Guatemala, donde vive la mayoría de la población, como lo hace el Senado de E.U.A. con sus Estados? En su mercadeo, proreforma usó la premisa de “esperar cambios haciendo las cosas iguales”, lo cual es un argumento muy ligero para justificar una reforma a La Constitución. Cambios no implican mejoras y hacer las cosas diferentes no necesariamente significa que sean como Proreforma sugería.
En EUA, con un sistema bicameral también se ven problemas de corrupción y privilegios. (como los $30 billones en subsidios a la agroindustria por el gobierno de EUA ). Guatemala necesita mejoras profundas en su estructura política y socioeconómica que conlleven a la eliminación de la exclusión social, la corrupción, las asimetrías en oportunidades para la superación personal y los obstáculos para alcanzar el desarrollo económico, ambiental, cultural y sobre todo, humano. Eso no es ideológico ni es trivial. Otro error de Proreforma fue someter a consulta toda la propuesta sin lugar a modificar las evidentes falencias, como las que el CEDECON ha detectado como eventuales inconstitucionalidades. Esto provoca grados de incertidumbre en la población pues una vez modificada la Constitución con todas las enmiendas que se proponen no se podrán cambiar lo que algunos ponentes llaman “pequeños detalles”. Detalles como dejar a la ciudadanía menor de 40 años fuera de las elecciones al Senado en un país donde la mayoría de la población es menor de esa edad es otro grave error político. Además, la limitación de la acción ejecutiva del Gobierno en un país donde es menester la inversión social da lugar a pensar en que la propuesta produciría más costos que beneficios. Por otra parte, no todos quienes apoyan proreforma son de derecha, ni todos quienes no la apoyan o somos escépticos son de izquierda. La defensa de proreforma usando dicho argumento cae en una falsa dicotomía. Innumerables columnas de opinión independientes a Proreforma con diversos puntos de vista, distintos argumentos y amplio espectro de ideologías se han publicado. Algunas más robustas que otras, algunas más elocuentes que otras, y algunas más serias que otras; pero todas con un común denominador: Proreforma, como está planteada, no es la solución a los problemas del País. Sin embargo, debemos sacar algo bueno del trabajo realizado. De la propuesta se pueden rescatar algunos cambios que son beneficiosos para mejorar el sistema en Guatemala, como la elección nominal o el fortalecimiento del poder local, por ejemplo. Es imprescindible que la sociedad guatemalteca definamos un espacio de dialogo para revisar el rumbo del país en materia económica, política, social y ambiental. Los grupos de jóvenes que hoy mas que nunca han estado activos en la realidad nacional, los grupos de mujeres, de mayas, la academia, los formadores de opinión, los representantes de sectores económicos, del sector laboral, del gobierno, de las organizaciones ambientales y de DDHH, entre otras, deben estar dispuestos a dialogar y con el acompañamiento de la comunidad internacional como garante de transparencia, debemos sin esperar más tiempo, establecer el año 2010 como un punto de inflexión para definir el futuro próximo del país y de allí tomar las decisiones políticas y económicas que afectarán el entorno integral de los Guatemaltecos en los próximos 25 años. Ayer no se hizo y por eso hoy cosechamos el fruto de las improvisaciones. Algunas bases de Proreforma pueden ser tomadas en cuenta, discriminando lo que no sea apropiado para esa visión de país prospero y desarrollado que urge rescatar.

Sunday 7 February 2010

Capitalismo e Intervención en los mercados

Las diferencias entre las economías de Estados Unidos, Canadá, Venezuela, Brasil o Europa son la forma y la magnitud en que se interviene en los mercados.

No existe evidencia alguna de que alguna economía sea de un capitalismo puro o laissez faire, es decir, sociedades que se rijan estricta o exclusivamente bajo las leyes de la oferta y la demanda químicamente puras. No sería posible, no sería conveniente y con seguridad no sería sostenible en el tiempo.

No sería posible —por los supuestos y asimetrías— pues la economía de mercado “químicamente pura”, como la teoría neoclásica asume, requiere de ciertos supuestos que al ser aplicados en la realidad social no se cumplen; extensos tratados, estudios en Journales económicos y artículos lo evidencian.

No sería conveniente —por la concentración de mercados, la tendencia a colusiones y monopolios y externalidades negativas—, pues en algunos contextos, los mercados han demostrado que la economía de mercado excluye a quienes no pueden pagar por servicios y productos básicos para la supervivencia, tales como la salud o alimentación nutritiva, o la exclusión de la educación básica en mayorías poblacionales de países pobres, reproduciendo las asimetrías sociales y laborales.

Pero también los mercados —con sus imperfecciones— no saben regular las externalidades negativas que provocan, al ser la sumatoria de decisiones individuales que son tomadas irresponsable o ingenuamente por no conocer con exactitud los impactos que las mismas conllevan.

Finalmente, no sería sostenible en el tiempo, pues ante la imperfección de la información en consumidores y oferentes, los impactos generados por los mercados serían evidentes probablemente hasta ser muy tarde. Por ejemplo, el cambio climático. Si no existieran estudios técnicos y expertos pronunciándose sobre el tema los agentes económicos difícilmente corregirían su actuar en los mercados hasta probablemente muy tarde. El que la temperatura del planeta se haya convertido en un bien de consumo fue gracias a los estudios técnicos y expertos en la materia del peligro del calentamiento global. La insostenibilidad del modelo de consumo imperante también radica en que con los recursos disponibles del planeta no será factible satisfacer a toda la población de la forma que está siendo satisfecha una pequeña porción.

Por lo tanto, solo tenemos evidencia, dadas las condiciones humanas actuales, de un modelo posible y perfectible: a saber, la economía intervenida. Los modelos de intervención variarán según la magnitud de la intervención y de la forma en que se interviene y en un sistema democrático es la ciudadanía quien decide esos grados, pertinencia y efectividad de la misma. He allí el debate.

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