Wednesday 22 February 2012

Mercado y Estado


Ni comunismo ni capitalismo, mas bien se trata de buscar una óptima combinación entre estado y Mercado. Optima combinación que no necesariamente debe responder a otros países con otras realidades y otras prioridades. Optima combinación que tampoco quiere decir estancada o fija en el tiempo.
Pero optima, eso si, en la búsqueda del mas preciado objetivo del ser humano: su libertad y su bienestar, que implica intrínsecamente el bienestar de su entorno, ergo el de otros/as seres humanos y de su entorno ecológico.
El debate ideológico produce respuestas ideológicamente fundamentadas. El debate objetivo se fundamenta en realidades factuales, evidencia y comunes denominadores mínimos que los individuos procurarían identificar como elementos a alcanzar en el ámbito del bienestar o ‘felicidad’ plena e integral. La libertad en su mas amplia expresión, que incluye un marco de responsabilidad por las acciones u omisiones en su ejercicio, la constante y holística expansión de la humanidad, incluyendo el balance entre los sentimientos y el raciocinio, los temores y las certezas, la curiosidad y la experimentación, la experiencia y la trascendencia,  incluyendo al entorno y el factor tiempo y distancia como elementos incluidos.
La economía de mercado y el comercio han demostrado resolver de manera eficiente el problema material de algunos, pero crea a la vez un sentimiento de falsa libertad. Lo que no pueden resolver los mercados puede y debe ser resuelto por medio de la democracia (ese ente llamado Estado). Así las cosas, los bienes públicos, los derechos humanos, la emancipación de la especie humana al mismo ritmo que su entorno ecologico y cultural, son riquezas que los mercados son incapaces de proporcionar y he alli la alquimia de la relacion entre Estado y Mercado.
En un pais, donde el mercado no proporcionara educación, salud ni vivienda de calidad a las grandes mayorias que viven en pobreza, precisamente por no ser rentable, es donde el Estado, que en su constitución garantice la vida y la libertad, ergo el acceso a dichos servicios debe intervenir de alguna forma, ya sea a traves de subsidios o proporcionando el servicio directamente.
En un país donde el mercado se beneficia de dichas condiciones pues la concentración de riqueza se mantendrá estructuralmente en el tiempo en las mismas manos (y familias), no existen incentivos para romper dicho circulo vicioso endógena y voluntariamente. Y es ahí donde se necesita de la fuerza coercitiva exógena. A través de impuestos para fundar los servicios que el mercado no presta y romper con la concentración de recursos que es la antitesis del libre mercado, y-o bien a través de regulaciones que impidan el abuso de monopolios y oligopolios, pero, de nuevo, con recursos para hacer cumplir la ley activamente. Aunque ambas acciones no son excluyentes, definen a veces la posicion ideologica de la función del Estado en la economía. 
En un país donde los ecosistemas son depredados sin reparar en los costos ambientales y sociales por ser difíciles si no imposibles de contabilizar privadamente, el Estado debe intervenir activamente o regular pasivamente.
Cuando el Estado es capturado por los intereses de quienes concentran el poder en el mercado, el resultado es una realidad similar a la que se vive en Guatemala. Pocos tienen acceso a todo y muchos, las mayorías no tienen acceso a nada. Y mientras el estado siga siendo estrangulado financieramente, desacreditado mediáticamente y capturado a favor de quienes detentan el poder económico desde la colonia, aun con muchos videos motivadores, muchas subidas a volcanes o muchas campanas publicitarias, las cosas no van a cambiar en el país. 
Debemos darle el poder al Estado Democrático de representar a la población y de resolver los problemas aun no resueltos que por definición el mercado no resuelve. Como asi que en Guatemala, donde las mayorías son indígenas el Congreso representa a la clase media urbana ladina? Como así que 6 de cada 10 personas viven con menos de dos dólares y sin acceso a educación y salud de calidad se limita y tergiversa la conversación sobre el incremento a impuestos como una dicotomía entre capitalismo y socialismo?
Cuando el interés de cada ciudadano este representado en las decisiones publicas, reflejado en bienestar individual y por ende social, ecológico y cultural, entonces podemos hablar de reformas constitucionales para liberar la economía como proreforma proponía, pues al momento es como que quienes subieron al penthouse del edificio patean la escalera para que no su status no se vea amenazado.

Saturday 11 February 2012

Cambiar para que cambie lo que no quiero


Cambiar para que cambie lo que no quiero
Samuel Perez
Una de las cosas que se repiten en Guatemala es el creer que por escuchar un mensaje motivacional los problemas de fondo del país automáticamente se van a resolver. Y los problemas del país, se originan en los problemas socioeconómicos. Es cierto, el video de Arjona es extraordinariamente impactante y bello. Aunque haya costado lo que el Gobierno necesita para disminuir la desnutrición en uno de los municipios del país pero que el mismo ex VP de la Pepsi en Guatemala no quiere patrocinar a través de impuestos según manifiesta en sus columnas de opinión.
¿Será que la pobreza se eliminará después de ver el video de Arjona? ¿Será que la violencia se resolverá después de subir un volcán? ¿Será que con comprar big macs resolvemos la desnutrición estructural de 1 de cada 2 niños que viven a menos de dos horas de la capital? Y perdón por no caer bien con mis comentarios, pero prefiero ser honestamente realista a ser hipócritamente optimista.
Los problemas en Guatemala se han identificado desde su estructura. 
Por ejemplo, del lado económico y de desarrollo individual la desnutrición crónica, la desigualdad, la pobreza absoluta en las mayorías, la discriminación y el asumir que en Guatemala hay ciudadanos de primera clase, de segunda y hasta de tercera categoría solo por su color de piel, su pertenencia étnica, su actividad laboral o su género. Por el pecado de haber nacido con el género incorrecto, el apellido incorrecto en el lugar incorrecto y en el tiempo incorrecto. 
Esas enfermedades sociales que impiden que cada chapín, (esa mayoría de buenos guatemaltecos-as) tenga la libertad para elaborar y vivir su propio proyecto de vida que incluye salir de su situación de pobreza material entre otras. O esa discriminación étnica que hacemos cada día al contar chistes racistas, al reírnos de ellos, o asumir que una persona vale mas o menos, o tiene más o menos derechos por su color de piel, su apellido, sus preferencias, su ideología política, su religión o su pertenencia etnica y lugar de residencia.
No hay almuerzo gratis. Parte de lo que costó hacer el video de Arjona (para recordarnos lo que ya sabemos) podía haber contribuido para implementar el plan piloto de la “súper tortilla” (Q20 millones). Pero quién quiere comer tortillas si podemos comprar Pepsi, (esa que toman los famosos), en la tienda de don Beto aunque así se mantenga un círculo de desnutrición. 

Los niños que se ven en el video de Arjona pero que no se les filma en un día cualquiera en Guatemala, son aquellos que para ir a la escuela tienen que pasar por lodo, caminar 2 o 3 Km. bajo la lluvia en la madrugada fría y estando allí aprender en blocs y laminas un alfabeto que no les servirá para ir a ninguna universidad ni para salir de su situación de pobreza. Los inmaculados buses que se ve recorrer las carreteras aparentemente seguras son los que se embarrancan porque sus dueños -diputados algunos- no les dan mantenimiento o se lavan las manos al tener que asumir su responsabilidad legal. Los paisajes y el lago de Atitlán, que está contaminado por muchos agroquímicos que bajan de las fincas de azucar usadas para hacer Pepsi, Coca y  Seven Up tambíen están llenos de bolsitas de frituras, latas y plasticos PET en el fondo, no digamos de vallas que impiden ver ese país que tanto amamos. Como la maratón de Tikal que no le dejó nada al parque mas que basura de los patrocinios y una pompa publicitaria que se traduce en menos impuestos a pagar. 

Sinceramente, prefiero ver a un montón de Guatemaltecos viviendo en igualdad de condiciones que un país de pobreza lleno de videos motivacionales y distractores donde es mas importante el dinero que la vida misma, en donde para promover una bebida gaseosa no nutritiva y que mantiene un círculo de desnutrición, se deja de pagar impuestos urgentes para cambiar lo que no nos gusta en Guatemala.

Peor aún, quien trabajaba en dicha empresa y profesor de una universidad donde estudian las nuevas generaciones que heredarán mucho poder económico para cambiar lo que se debe cambiar en Guatemala pregona en sus columnas de opinión que el Gobierno es el problema, que no se deben pagar mas impuestos y que para salir del subdesarrollo hay que apoyar una reforma constitucional que solo beneficiará a ese mismo grupo de millonarios que se beneficia de la pobreza y la ignorancia de las mayorías (incluido/a usted que lee esto aunque no lo crea).

No es con videos motivacionales como cambiará lo que no quiero en Guatemala. Es con acciones y con conocer la realidad del país. Ni optimista ni pesimistamente. Le guste a Ricardo o no. Veamos la realidad y a partir de ella construyamos. No fantaseemos que "Guatemala es un Disneylandia". Aunque la verdad duela es mejor verla que esconder la cabeza como al avestruz. Para armar un rompecabezas debemos ver las piezas completas, las bonitas y las que no nos gustan. Con esconder las que no comprendemos o no nos gustan no solucionamos los problemas. 

Cambiar para que cambie lo que no quiero implica que las empresas que se benefician de la pobreza y poca educación de los chapines para generar ganancias extraordinarias, paguen más impuestos que los padres de Juan en Santa maría milpas altas. Que las transnacionales que dejan solo basura y obesidad y se llevan de regreso a sus países las utilidades, paguen un poquito más de impuestos que el mismo Don Beto de la tienda, a quien no le alcanza para comprarle zapatos nuevos a sus hijos y quienes por no contar con plata para comprar leche tienden a malnutrirse al consumir pepsi, coca y tortrix de refacción diaria. O será que a la empresa de bebidas le conviene mantener a un pueblo ignorante y a una mano de obra barata para generar más ganancias y evitar que se den cuenta del potencial peligro a su salud al abusar en el consumo de sus productos?

Implica construir ciudadanía para que no sigamos estrangulando instituciones públicas, implica conocer un poco mas de la historia de este país para darse cuenta de los motivos que lo mantienen en el subdesarrollo, implica la incomodidad de dejar la indiferencia y la negación a los problemas de fondo del país, implica ver a los guatemaltecos como hermanos y no como mano de obra barata, a los guatemaltecos como emprendedores y no como consumidores sin criterio propio, a los mayas como pueblos originarios de esta tierra y no como mano de obra barata (o sugerir que hoy descansan en Tikal sin ver que están tan vivos-as como cualquier "ladino"-a) o considerar a la muchacha de la casa y a los niños de la calle como personas y no como cosas que respiran y que están allí, a dejar de contar chistes racistas, a empezar a apostarle a las instituciones, a que si trabajo en el estado voy a hacerlo por el objetivo último de cambiar el futuro del país y no cambiar mi individual situación económica. Esa es la propuesta.

Por favor no me confunda, precisamente porque amo a Guatemala así como Arjona también lo hará, también me arriesgo a ser tachado de pesimista o qué se yo más insultos vendrán a quienes se pronuncian con verdades y argumentos.(los cuales finalmente llegaron, aunque no los tomo para mí). Argumentos mas racionales y menos hepáticos digo. 

Prefiero escribir una columna brutalmente honesta pero con realidades mas que con mensajes motivacionales que aunque pueden hacernos sentir bien hoy nos distrae de los verdaderos problemas del país que seguramente no se resolverán tomando Pepsi. Bien dice el dicho que de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno y con emotivos mensajes se han puesto y mantenido en el poder a los mas grandes tiranos ingenuamente por parte de las masas acríticas y tontos utiles.

La responsabilidad social de una empresa no es patrocinar directamente videos, obras beneficas, partidos de futbol o conciertos. Eso es caridad y como decía alguien por aquí, en un contexto de discriminacion y racismo la caridad es arrogante... y duele. Nadie quiere limosnas, para eso se creó el Estado democrático, para resolver los problemas que el mercado no resuelve. Para eso está la función redistributiva de los impuestos, para que nadie esté encima de nadie... mas que la ley.

La responsabilidad de las empresas ademas de cumplir la ley, dar trato justo a sus empleados es aceptar las leyes y regulaciones de un país, que incluye el pago de impuestos, que incluye el cuidado del ambiente y que debiera incluir responsabilidad moral cuando el producto no provoca mas beneficios que los que la publicidad promete aparentemente. Es eliminar las externalidades negativas que produce y si no puede, entonces debe aceptar sus responsabilidades legales y morales. Le guste o no al CEO de la pepsi, a sus voceros o a quienes se ven afectados por sus acciones irresponsables. Eso se llama Justicia.

El video y la buena intención de Ricardo Arjona, además de tener imágenes extraordinariamente bellas de Guatemala, nos recuerda lo que todos-as ya sabemos. Que "Guatemala somos vos y yo y que cuando estés tentado de fallarle a Guatemala hay que pensarlo dos veces…" 

Realmente no creo que la mayoría de chapines que ven ese video se despierten con la intención de “fallarle” a Guatemala y como Ricardo se los recordó, dejarán de hacerlo. De hecho, tampoco creo que incluso quienes le fallan a Guatemala lo hagan con ese objetivo. Probablemente muchos le fallan sin saberlo y otros sabiéndolo tendrán otros motivos personales y de satisfacción individual. Tampoco creo que quienes le hacen daño al país dejarán de hacerlo, pero talvez si estarán emborrachandose y celebrando con cubitas revueltas en pepsi y coca cola, lo cual es lo que al final de cuenta$ le intere$a a las empresas.

Lo que sí creo es que para cambiar al País la mayoría de chapines ya están haciendo su trabajo cada día, pagan sus impuestos, respetan la ley y buscan desesperadamente como mejorar al país. Tanto Arjona como don Beto están haciendo lo suyo, el problema es cuando quienes tienen el poder de cambiar al país, sabiéndolo, no lo hacen. 

Es un grupo de elite la que no pareciera querer cambiar, probablemente porque al cambiar al país dejarían de tener los beneficios que hoy tienen y es a quienes les conviene callar de alguna forma a quienes abren ojos, a quienes escriben con verdades en la mano, a quienes no tienen objetivos de lucro sino un poco más humanos, pues al final todos-as estamos en el mismo barco. 

No por nada la campaña de "no mas impuestos" por parte de libertópolis, o la sistemática destrucción mediatica de todo lo que huela a desarrollo social, ambiental o fiscal. A quién representa ese programa radial y... movimiento? Claramente a ese grupo de poder que no quiere cambiar lo que puede cambiar, seguramente porque no hay nada que les beneficie con el cambio. Entonces mejor usemos el lindo slogan para promover el consumo de los productos que les siguen manteniendo en su posición de poder economico. Los financistas de las campañas tambien son los financistas de los pocos medios de comunicación que por ser negocios y buscar el lucro no tienen más remedio que con temor, procurar no ofender a quienes les dan de comer... si es así, algo está mal con el sistema.

Finalmente, creo que para amar a Guatemala y para cambiarlo no se necesita vivir allí, argumento que quienes se ven amenazados por mis columnas u opiniones les encanta echarme encima.

En lo personal me considero un ciudadano global más que un nacionalista radical. Precisamente porque amo al país donde nací y del cual soy ciudadano y creo en la humanidad sin fronteras es que escribo lo que escribo y hago lo que hago. Porque dificilmente alguien en Guatemala puede hacerlo libremente.

Precisamente porque estoy comprometido con el país que me vio nacer, pero más aún con el futuro de un planeta que se está muriendo en muchos sentidos, cada día procuro leer y aprender más, y ser más crítico que conformista, y me doy cuenta de cuanta realidad se tergiversa a través de los medios viviendo en una burbuja en Guatemala. Tristemente es afuera del país donde se ven los problemas más claros y con objetividad. Alegremente, no se necesita vivir en Guatemala para cambiar "a mi país", así como no se necesita vivir en Uspantán, Cajolá o San Juan Atitán para cambiar la situación de los niños y niñas que allí viven. Es cuestión de querer, pues así como tampoco vivir en el país siginfica cambiarlo para bien necesariamente.

Se necesita, eso sí, ser crítico, usar la inteligencia, esa que traemos implícita cada uno de nosotros/as, desde que nacemos y dejar de creer que “los buenos” son quienes nos llenan de miel los oídos y nos distraen a costa de su beneficio personal. Se necesita empezar a escuchar la voz de la razón, de la realidad a través de la voz de cada chapín que subsiste a fuerza de su trabajo más que la de la televisión y la radio, medios que sin el dinero de la Pepsi por ejemplo, no pueden subsistir en el país. Creo sinceamente, que si quisiera ser populista sería "la misma porquería", escribiría sobre cosas bonitas y este blog no existiría.


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