Monday 3 October 2011

Mitos sobre la izquierda

Mito 1: Ser de izquierda es ser comunista. Falso. La izquierda económica postmoderna puede interpretarse como una forma de valorar críticamente el status quo, el modelo económico imperante y la ortodoxia de un sistema que reproduce asimetrías, excluye a mayorías y beneficia a pocos en detrimento del ambiente y el desarrollo humano minando a la vez las oportunidades de desarrollo económico y social de todos. El mercado totalmente libre no ha sido aplicable y es imposible que se aplique bajo los supuestos teóricos que implica utópicamente. Por otro lado, el comunismo es un sistema político-económico en el cual se asume la propiedad de los factores productivos por parte del Estado en su totalidad, incluyendo el factor trabajo, anula la libertad individual colectivizando incluso al individuo colocándolo como un ente igual entre sus pares. Esto tampoco ha sido posible aplicarlo. Mito 2: La izquierda atenta contra la libertad. Falso. La libertad individual es un valor fundamental contenido dentro de los Derechos  Humanos mínimos -pilares del pensamiento de izquierda-. La libertad no puede existir cuando las personas no cuentan con las mismas oportunidades para alcanzar su desarrollo individual. Asimismo, la libertad de expresión, de acción y sobre todo de pensamiento es fundamento del pensamiento de izquierda. Dictadura y totalitarismo han históricamente atentado contra las libertades individuales y colectivas que la izquierda democrática defiende a ultranza. Mito 3: Ser de izquierda es estar en contra de las empresas, del empresariado o los emprendedores. Mentira. Mientras la historia ha empujado el centro hacia la derecha del espectro, la izquierda moderna considera a las empresas como el oxígeno y el fundamento creador de riqueza material. Sin embargo, los fallos de mercado que incluyen la carencia de la inversión privada en los sectores que por su naturaleza no proporcionan retornos a la inversión o que producen externalidades positivas (educación, arte, cultura, salud) (servicios que el Estado suple directamente, aunque el pensamiento de izquierda moderno no limita a la intervención directa del Estado mientras existan otras opciones que garanticen equidad y eficiencia para alcanzar el optimo social distributivo), así como las prácticas empresariales que atentan contra el ambiente, la integridad de la persona, evaden las leyes y excluyen en su ecuación productiva a algunas personas atentando contra la vida en sociedad deben ser abordados por un estamento distinto a la empresa y deben ser reguladas por la misma sociedad a través de la Política y las Leyes. ¡Ojalá fuera el mercado mismo! Mito 4: La izquierda está caduca. Falso. La historia confirma que los modelos no son estáticos. Las economías basadas en el mercado aún tienen muchas falencias por corregir. Fallos como los evidentes costos ambientales y sociales creados por la misma actividad productiva hacen que la izquierda reaparezca fortalecida con propuestas innovadoras para alcanzar el bienestar humano integral. Mito 5: “Los de izquierda” son “resentidos”, “eco-histéricos”, “frustrados”, “atrasados”, o “anti-todo”, entre otras categorizaciones. Esos son argumentos ad-hominen que quienes se benefician del status quo utilizan recurrentemente ante las masas para desprestigiar a quienes se pronuncian precisamente contra el status quo. Mito 6: Las izquierdas son exclusivamente populistas. Falso. En nombre de los postulados de la derecha se ha incurrido en acciones populistas que preservan el status quo y la hegemonía política a través de la popularidad entre las masas. Mito 7: La izquierda es una. Falso. Hay varias corrientes de izquierda política, unas más radicales que otras, unas segregadas y otras concentradas, unas vigentes y otras menos vigentes. Como corolario: Si usted cree en que la libertad para emprender debe ser fomentada y fortalecida, si cree que las políticas públicas deben ir orientadas hacia el desarrollo humano incluyendo su entorno social y ambiental. Si cree que es injusto que mientras algunos tienen acceso a todos los medios productivos, las mayorías tienen poco acceso y muchos no tienen ninguno y mucho menos la oportunidad de acceder a un estado de construcción individual de su futuro. Si usted cree que las personas pueden salir por sí mismas de su situación de pobreza, pero necesitan para eso competir en igualdad de condiciones, lo cual implica igualdad de acceso a educación y a salud de calidad o acceso a financiamiento para emprender sus negocios o proyectos sociales. Si usted cree que una persona no debiera estar condenada a ser pobre sencillamente por “la desdicha” de haber nacido en el área rural, no contar con un apellido occidentalizado, hablar otro idioma distinto al español o vestirse y verse distinto a sus potenciales empleadores. Si usted cree que todas las personas sin importar su religión, su color de piel, raza, preferencia sexual o condición socioeconómica deben tener las mismas oportunidades para construir su proyecto de vida. Si usted cree que la pobreza de otros le afecta a usted. Si usted está consciente de los daños al medio ambiente producto de la acción humana y reconoce la necesidad de intervenir para revertirlos. Si usted cree que la calidad de vida no se mide únicamente con el dinero que una persona tiene en el banco y que salvarse individualmente no es suficiente para que sus hijos vivan en un mejor entorno. Si usted cree que un artículo como el que está leyendo, debe ser considerado como una conversación fundamental entre las nuevas generaciones con seriedad para la constante arquitectura de un mejor Estado, entonces abrace la oportunidad de construir una mejor humanidad y acepte con orgullo esta realidad: Según el ethos imperante en nuestro país: ¡Usted es de izquierda!

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