Sunday 20 March 2016

CUBA

Cuba se encuentra frente a un punto de inflexión respecto a su futuro. Muchos nos preguntamos qué pasará allí en los próximos años.

El 15 de diciembre de 2014, el presidente de EUA, Barack Obama, hizo público, para sorpresa de todos, la intención de restablecer relaciones comerciales, diplomáticas y políticas con la República de Cuba. Desde ese momento los ojos del mundo están puestos en la isla. Hoy, el primer día de la primavera en el Hemisferio Norteamericano, Obama arriba a la Habana en histórica visita. 

Desde el anuncio de Obama, el turismo se ha incrementado en un 35% en Cuba. Probablemente motiva la curiosidad de ver a uno de los últimos países en América Latina en donde no se ven vallas en las carreteras promoviendo la compra de Coca Cola, carros o celulares. En su lugar, las vallas contienen frases de propaganda a favor de la revolución, en contra de las políticas de EUA, y la honra de antiguas figuras revolucionarias, incluyendo a Fidel Castro, el Che o Martí. Levantar la autoestima y justificar el sistema es importante en regímenes totalitarios.

La economía cubana está oxidada. La innovación comercial es mínima, aunque la creatividad florece por la necesidad. El acceso a productos importados es limitado, caro e incierto. La producción cubana legal es principalmente estatal y a través de las cooperativas agrícolas. Desde 2013, el gobierno de Raúl Castro realizó algunos cambios en cuanto a los ingresos a ser generados por “cuenta propia” y el experimento de cooperativas no agropecuarias (transporte, turismo y otros servicios). Cuba había tenido un sistema de salud y de educación reconocido por sus mismos ciudadanos como excelente (aunque hoy en franca declinación). Aunque las cifras oficiales puedan mentir, el capital humano se evidencia en las calles y al hablar con las personas. Sin embargo, salud y educación no son suficientes. El desarrollo integral de las personas involucra también ejercer derechos individuales y la satisfacción de necesidades con productos y servicios que actualmente el modelo cubano no es capaz de proveer a sus ciudadanos. La riqueza humana de cuba se ve deprimida por la pobreza material. Es una ecuación que puede explicarse desde las dificultades de cuba con respecto a su aislamiento internacional, como producto del embargo, así como la incapacidad de la isla para producir todos los satisfactores de necesidades humanas (materiales y de capital humano) en autarquía. Bajo el actual contexto mundial, la revolución llegó a un tope. Al quedarse sin aliados políticos en el extranjero requiere de relaciones comerciales.

En la visión oficial, la inserción de Cuba a la economía global y los ajustes internos serán el medio para seguir con los ideales de la revolución, aunque eso está por verse. De hecho, su constitución explicita que CUBA "no retornará al capitalismo", lo cual ya de por sí es un obstáculo para el acceso a bienes y servicios de forma individual. Sin embargo, existe una transición generacional y una estructura de poder enquistada que puede ver en la apertura beneficios personales más que la continuidad de la utopía comunista.

Cuba logró una población educada y sana… pero no es suficiente. El paradigma de una sociedad no materialista, que valore la humanidad y que no se nutra de los beneficios “suntuarios burgueses” es ingenuo cuando el individualismo, los excesos, la eficiencia, así como también la vanidad que conlleva la sociedad consumista global se filtran y penetran en la realidad social de los cubanos. 

En materia de turismo, Cuba aún tiene muchos retos para asumir una oleada de turistas norteamericanos, principalmente si estos van a Habana en lugar de los tradicionales destinos globalizados de Sol y Playa, como Varadero. 
(continuaré esta reflexión...)

Tuesday 15 March 2016

Pena de Muerte

Pena de Muerte
 ¿Cuál es el debate de fondo?

Artículo 43. Pena de muerte. La pena de muerte, tiene carácter extraordinario y sólo podrá aplicarse en los casos expresamente consignados en la ley y no se ejecutará, sino después de agotarse todos los recursos legales. No podrá imponerse la pena de muerte:
1.       Por delitos políticos;
2.       Cuando la condena se fundamente en presunciones;
3.       A mujeres;
4.       A varones mayores de setenta años;
5.       A personas cuya extradición haya sido concedida bajo esa condición.
En estos casos y siempre que la pena de muerte fuere conmutada por la de privación de libertad, se le aplicará prisión en su límite máximo.

En Guatemala el artículo 43 del código penal contempla la pena de muerte. Qué fundamenta el debate coyuntural? El argumento de que la pena de muerte es un disuasivo ante la violencia homicida en el país es superficial. La violencia homicida es un tema más complejo que una relación hecho delictivo-pena capital. No existe evidencia contundente que sugiera que la pena de muerte per-se resuelva los problemas de violencia homicida en el país. De hecho, estudios muestran que la pena de muerte en EUA no es un disuasivo, por ejemplo. Los Estados que aplican la pena de muerte presentan más altos índices de violencia homicida que los que no la contemplan. 

¿Qué es exactamente lo que se está pidiendo en Guatemala relativo a la #PenaDeMuerte? ¿Ejecuciones públicas? ¿Revisar la legislación? ¿Masacrar masivamente a quienes hoy ocupan cárceles? Creo que el discurso de la pena de muerte como se está lee en el debate público en el país se sustenta en fundamentos poco sólidos y se presta a muchas lecturas y confusiones.

Aquí algunas preguntas para alimentar el debate: 

¿Refleja la pena de muerte realmente justicia restaurativa o es más bien una medida de venganza?, ¿Con una débil institucionalidad, cómo se garantiza que el Estado no sea un mero ejecutor de personas que atentan contra agendas paralelas que capturan a instituciones imponiendo su cuota de poder? Hoy puede ser la extrema derecha, mañana la extrema izquierda y pasado mañana el capricho de alguna fundación o un grupo poderoso. Un Estado débil como verdugo constituiría un peligro para la libertad y los derechos inherentes a la persona humana. Pienso, sin embargo, que en el contexto guatemalteco, lo que clama la ciudadanía es justicia, una sociedad no violenta y la reducción de la delincuencia. Ojalá la convivencia armónica. 

La violencia y delincuencia en Latinoamerica en general y en Guatemala en particular es un debate más complejo que la discusión de la pena de muerte. Es motivada por muchos más factores (individuales, familiares, economicos, políticos, institucionales, entre otros), como la impunidad, la salud mental, una sociedad mayoritariamente pobre, profundamente dividida y desigual, cuotas de poder concentradas en pocos manos, un sistema social, político y económico aún corrupto y con tráfico de privilegios, una cultura de autoritarismo y una historia aún reciente de conflictos armados y guerra interna, economía ilegal rampante (como el narco y trata de personas), así como causas estructurales que reproducen pandillas, sicariato e impunidad. El caldo de cultivo idóneo para una sociedad disfuncional. 

¿Se pretende solucionar el problema de la violencia ejecutando a muchas personas con inyección letal? ¿Veríamos cada semana filas de personas entrando a dicha cámara por los atentados a pilotos de buses, por ejemplo? ¿Será rápido y expedito un proceso que condene a alguien a la pena capital o se está pensando en tribunales de fuero especial?  ¿Y si son menores de edad? ¿Y si son mujeres o adultos mayores de 70 años? ¿Se pretende reformar la ley contraviniendo lo que estipula el artículo 43 del código penal? Sinceramente, lo dudo, a menos que el País busque ostracismo político y comercial a nivel internacional

Más aún, ¿se reduciría la violencia con empezar a ejecutar a “enemigos del sistema”? No lo creo. El sicario sabe que hoy mata o lo matan, por lo que si a pena de muerte como disuasivo vamos, ésta existe de hecho en las calles con la ausencia del Estado y en un contexto de rampante impunidad.

Quienes claman por la pena de muerte les debería incomodar ver cómo el Estado hoy favorece a reos con privilegios que salen de la cárcel y gozan de impunidad. 

Les debiera incomodar cómo existen privilegios dentro de la misma cárcel como los que cuenta la ex Vicepresidenta. Cárceles "VIP” como la del ex Presidente Otto Pérez y otros ex funcionarios. Cárceles tomadas por pandillas y manejadas autocráticamente en total impunidad. 

¿Es ese el contexto institucional ideal para ejecutar delincuentes? ¿Con raquíticas instituciones y un débil Estado? 

En realidad esa corrupción e impunidad, al ser trasladadas a un Estado con autoridad para matar, estaría dándole luz verde a políticas de miedo y temor en la población civil. 

La pena de muerte no es una respuesta binaria. Personalmente me inclino más a evitarla y atacar más bien las causas de la violencia homicida. Actualmente, el Código penal la contempla como último recurso según el contexto del delito, habiendo agotado todas las instancias y procesos. 

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