Friday 13 January 2012

La parábola del pensador (O la hipérbola del hereje)

Cuando pregunté a las personas que más confiaba y admiraba en mi vida, a mis padres, de donde venía yo, pues tenía real curiosidad por comprender mi existencia me dijeron que una cigüeña me había traído.
Luego, por algún motivo que no comprendo, una vez al año, celebrabamos una fiesta en la epoca donde los días son mas cortos y las noches más largas, es decir, la oscuridad abarcaba la mayor parte de nuestros días y empezabamos a sentir la falta de energía, de vitamina D que en otras epocas del año sentíamos… Esa fiesta comprendía encender muchas luces de colores, colocar un arbol adentro de la sala cuando la mayoría de la vegetación había perdido su color verde y todo se veía ocre. Las aves habían emigrado y algunos mamíferos hibernaban. Nosotros no seguimos el curso de la naturaleza. Mas bien, encendíamos más fuerte la calefacción generada artificialmente con petroleo paradójicamente traído del hemisferio sur, o bien cortabamos arboles cercanos para la leña… adentro de la casa podíamos estar con poca ropa sin problemas. Tal y como veía las fotos en Factbook de mis amigos que viven cerca del trópico donde los recursos son comprados por capitales del hemisferio norte talvez para comprar un poco de paraíso tropical enmedio de la nieve!
Por algún motivo la fiesta llamada “Navidad” significaba celebración, luces, música, todo lo que necesitaba para darnos animos y seguir sobreviviendo en esa temporada del año con un entorno no apropiado a nuestras capacidades biologicas como especie. Y apareció ese señor… Santa Clos. No sé porqué llegaba a las casas, entraba como ladrón y dejaba regalos! Quise preguntarle a mis padres quién era y porqué aparecía en todos los centros comerciales… porqué los demás niños querían tomarse fotos con él, pero mis padres nunca me dieron una explicación lógica como la que yo esperaba. Yo a mis 4 años puedo razonar! O creen ese estupido argumento de que por no tener evolucionado mi cortex frontal soy un idiota? En fin… todo parecía un sueño hasta que apareció la razón… el argumento para que yo dejara de comportarme “bien”, es decir, como a mis padres les gustaba que me comportara, era el famoso Santa Clos y su discrecionalidad, mas bien su condicionalidad para darme regalos. Si no salto en la cama no me dará regalos, si como con la boca abierta no me dará regalos, si no me duermo a la hora que ellos quieren no me dará regalos, si no lloro aunque me duela o moleste algo no me darán regalos… Es que no me pueden explicar que saltar en la cama puede ocasionarme golpes serios? O que comer con la boca abierta se ve feo ante los demás? O que en luegar de reaccionar emocionalmente llorando puedo sentarme a explicar qué me duele, qué me insatisface o qué deseo? Porqué recurrir a Santa Clos?
En fin, mi vida siguió siendo de maravillas pues mi curiosidad para comprender este fascinante mundo me encantaba descubrir, experimentar, investigar… hasta que llegó el colegio. !Ah, que lugar tan coercitivo! Una vez la maestra pidió que pintaramos una flor. Mi amiga dibujó con un solo color una serie de trazos y lineas magníficas, con profunda emoción estaba descubriendo probablemente su mayor pasión en la vida… sin embargo la profesora con mucho amor y paciencia le dijo: Camila, las flores tienen varios colores, tienen un tallo y pétalos. Eso que hiciste no parece una flor. Vuelve a pintarla hasta que te salga como la que ves en el pizarrón… Luego me enteré que Camila trabaja en una ensambladora de ropa, haciendo lo mismo todos los días, siguiendo instrucciones y siendo perfeccionista. Su mirada se pierde en el vacío. Pudo haber sido pintora, pero le mataron la creatividad desde pequeña.
A mi solo me pidieron que rellenara con colores un libro con muchos trazos y que “no me saliera de los bordes”…. Lo cual nunca entendí hasta que comprendí que era la mejor metáfora del lugar donde estaba. Todo debía ser hecho de acuerdo a lo que los demás consideraban era lo correcto! Sin experimentar, sin aprender, solo seguir instrucciones de personas que habían seguido instrucciones desde su niñez de otras personas que habían seguido instrucciones desde muchos años atrás. (suspiro) Según ellos, su experiencia (o talvez su frustración de no ser libres) les da la autoridad para "enseñar a los niños" cómo tienen que vivir. 
Conforme fui creciendo apareció una especie animal que nunca ví… el ratón pérez se llamaba. Cuando mis diente empezaron a caerse ese ratón conseguía meterse debajo de mi almohada cada noche y me dejaba UNA MONEDA! Lo primero que pensé es que para qué quería monedas, en realidad prefería tener mi dentadura completa. Luego de explicarme mi papá el objetivo del dinero pensé en quitarle dientes a mis amigos de la escuela, pero la maestra me regañó cuando estuve a punto de arrancarle con un martillo un par de dientes a Jorge, que tenía su dentadura completa. Creo que mis padres me podrían haber explicado que si me lavaba los dientes antes de ir a la cama, después de comer y en las mañanas no hubiera perdido mi dentadura a los 5 años. Ah, si me hubieran explicado cómo cuidar mi dentadura! Creo que el ratón murió a los pocos años pues a mi hermanita le contaron que era el hada de los dientes la que llegaría en su lugar…
No pasó mucho tiempo cuando apareció un simpático personaje que iba contra las leyes de natura: Un conejo que ponía huevos de chocolate! Wow, increíble! Salíamos esa mañana a buscar sus nidos y recoger los huevos. Cómo se reproduciría el conejo si le quitabamos los huevos de chocolate fue algo que mi madre nunca supo explicarme a pesar de mis dudas lógicas. Una vez la escuché decirle a sus amigas que no quería matar las fantasías de mi niñez. En realidad las fantasías, la creatividad y la magia de la vida la encontraba yo cada día al ver una rana en un río, la pluma de un ave o cómo podía yo construir estructuras de lodo o experimentar con agua, hielo o cuando iba al mar al construir paisajes de arena...en fin con todo lo que veía a mi alrededor. No me dejaban pintar garabatos pero me enseñaban que el conejo de pascua me dejaría chocolates. No me dejaban mojarme en la lluvia y dejar que celebrara la vida pues Santa no me traería regalos! (¿???)
Pasaron los años y conforme crecí como que mis padres empezaron a sentirse avergonzados de haberme mentido todos esos años. Un día, papá se sentó muy seriamente y me contó que la cigüeña, el ratón Pérez y Santa Clos ya se habían ido muy lejos y que no volverían jamás! 
En lugar de sentirme triste yo creí que a partir de ese momento íbamos a empezar a tener conversaciones más francas sobre la vida.
Tristemente pasó todo lo contrario. La cigüeña, el ratón, el conejo y santa Claus se fusionaron en este nuevo personaje en el cual ellos creían. Una especie de santo, pero más bien un zombie, genéricamente definido como de sexo masculino, de piel blanca, que podía convertir el agua en vino, que al igual que santa clos, el ratoncito Pérez, y el conejo de pascua me iba a premiar por ser bueno… solo si me portaba bien, nada mas y nada menos que con OTRA VIDA pero esta vez eterna! 
Pero también estaba ese otro malévolo personaje que me iba a castigar eternamente si me portaba mal. Había la antítesis de santa claus, que era el diablo! Así que ya vería yo si al final de mi vida valía la pena comportarme como ellos decían, como el cura y luego cuando se convirtieron, el pastor de la iglesia pregonaba y como "los adultos" querían. Peor aún, nunca pensar en cosas pecaminosas... Lo bueno es que cada vez que se cometía un pecado al rezar por algún poder que nadie puede explicar, se me perdonaban! Así que no había mucho problema con pecar... el que peca y reza empata era mi motto. 
No sé si creerles esta vez. Mucho daño han hecho, al minar mi confianza en ellos, al no permitir buscar por mí mismo las respuestas a las preguntas, al prometerme premios o castigos en lugar de dejarme experimentar las consecuencias de mis actos. A veces me confundo, no sé si creer en algo que parece tan mitológico como los cuentos de Hércules o las inscripciones árabes en la pirámide de Keops o empezar a comprender que cada día que pasa algunas de mis células se renuevan y otras se convierten en otro estado de materia. O empezar a comprender que soy parte de un todo que se expande afuera de mi limitada capacidad de raciocinio, y entendimiento. O creativamente buscar soluciones a los problemas de diversas formas no descubiertas o experimentadas aún por mí o por la humanidad misma, como celebrar cada día y vivirlo al máximo estando consciente de las repercusiones de mis actos en mí, en mi entorno y en mis hijos… A quienes hoy les puedo abrir su mente en lugar de limitarles la herencia más preciada que puedo dejarles: Su libertad de pensar.
Esta historia continúa y sigue nutriendose conforme el tiempo se desdobla...

PD. Agradezco a mis padres porque esta no es mi historia personal. De hecho mis padres han hecho que yo pueda pensar y con todo y los miedos que eso conlleve, me dieron la más grande de todas las herencias…. Su amor y la libertad de pensar y de cuestionarme, a pesar de lo riesgoso que eso puede ser para el status quo. amen.

PDII: Esto fue posteado en FB abajo de un poster que decía que a los hijos hay que decirles NO y una foto de una madre autoritaria frente a una hija con los brazos cruzados... yo posteé una sugerencia de que debíamos mejor aprender de otras escuelas de pensamiento, como la de disciplina positiva, que implica darle a los niños opciones para ser autorresponsables y educarles en lugar de autoritariamente decirles NO,  pero esto fue lo que me contestó el amigo facebookero:
 ReAbraham, no te conzco pero estas muy equivocado. Considero que te tenes que informar más. un niño no tiene la capacidad de decidir, debido a la falta de experiencia que la vida te va dando poco a poco, para eso estamos los adultos, para guiarlos , orientarlos y darles reglas de convivencia social, para que sean aceptados por los demás.CORRIGE AL NIÑO DE HOY PARA NO CASTIGAR AL ADULTO DEL MAÑANA.
Juzgue usted... saludes, sp

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