Sunday 19 April 2009

Lo bueno lo malo y lo feo de Proreforma.

Abraham Samuel Perez / www.guatemala2020.blogspot.com
El presidente Chávez promovió en Venezuela una reforma a la constitución para mantenerse en el poder usando estrategias mediáticas populistas muy efectivas. En Guatemala pareciera que se da algo con las mismas características, con el mismo objetivo pero desde otro espectro ideológico. Hace falta una evaluación objetiva, fundamentada y no polarizante en el debate que permitan a la ciudadanía tomar sus decisiones antes de dejarse llevar por corrientes mediáticas a favor o en contra de algo tan fundamental como cambiar la estructura económica y política del País como lo plantea el movimiento Proreforma. Lo bueno: Me parece muy acertado que un grupo de ciudadanos propongan democráticamente una reestructura del Estado pasando del presidencialismo al parlamentarismo. La forma de reformar el Estado sin usar las armas muestra que existe madurez democrática en el país. Proreforma tiene algunas propuestas específicas en la modificación a la constitución que pueden tener consecuencias positivas y que podrían cambiarse modificando leyes sin necesidad de reformar toda La Constitución. Por ejemplo, la propuesta de eliminar la elección de diputados por planilla, que los gobernadores sean electos por departamento o que exista un procedimiento para revocar el mandato presidencial cada dos años. Medidas que pueden hacer más dinámica y representativa la democracia pero que no ameritan una reforma a toda la Constitución. Lo malo: Los cambios que Proreforma plantea en todo su conjunto responden a una visión de Estado que no ha sido discutida ni mucho menos consensuada por la población. Sin embargo proreforma pide que se reforme todo o nada y ese es un gran error de la propuesta por el cual vemos difícil que la propuesta pase. El supuesto de Proreforma para modificar las leyes que pretende modificar es establecer las bases para un sistema económico al estilo de un experimento económico. Es decir, un modelo que anula la capacidad de intervención del Gobierno en el desarrollo humano sin que este modelo haya sido discutido ni evaluado por la sociedad en su conjunto. Digo experimento porque dicho modelo teórico no ha sido probado en ningún país del mundo con la estructura imperante en Guatemala (mercados imperfectos, mayoría de la población en pobreza, concentración de los ingresos, débil institucionalidad, baja cultura democrática y participación, etc.) lo cual coloca al futuro del país en una situación vulnerable y arriesgada. Arrogarse la propuesta del cambio del sistema económico y político del país unilateralmente causa temor y desconfianza en la población. Las firmas que apoyan la iniciativa fueron inducidas en kioscos y motivadas por la publicidad o la desesperación ante la crisis de violencia imperante sin que las personas conozcan a fondo la propuesta que firmaron. Los supuestos del libre mercado para que permita el desarrollo de los ciudadanos por sobre el crecimiento económico desigual (como ha sido al momento), no se han cumplido y muestran aún signos de estancamiento o retroceso por lo que pretender liberalizar la economía con una propuesta de modificación del Estado (conjunto de leyes y reguladores) sin establecer un consenso nacional, es irresponsable y pone en peligro el bienestar humano del guatemalteco promedio. Por otro lado, la minoría de edad y requisitos para ser electos excluye a la mayoría de la población (joven y que no vive en la capital) en la toma de decisiones nacionales limitando su participación en el Senado; la permanencia de 15 años por los senadores enquistando y minando la oxigenación intergeneracional que una democracia representativa busca es otro asunto no trivial que debe debatirse antes de someter la propuesta a consulta popular. Lo feo. La forma de vender la propuesta a la ciudadanía: La millonaria campaña publicitaria y propagandística que se ha hecho a prerreforma, sobre todo en tiempos de crisis con una promesa cuestionable: erradicación de la violencia y la pobreza desde una particular perspectiva. Es algo así como los jabones que prometen que la gente adelgace. No lo encuentro mal, pues en una Democracia los grupos representados en el país tienen igualdad de derechos para plantear propuestas y publicitarlas. Sin embargo, existiendo esfuerzos consensuados como el plan Visión de País, las mesas de dialogo intersectorial y los acuerdos de paz en la agenda deben de ser utilizados como insumos para trabajar en las metas de desarrollo como los Guatemaltecos conjuntamente lo hemos definido en un esfuerzo mutuo que ha llevado años lograr. Hacer un referéndum en tiempos de crisis tampoco es aconsejable pues las decisiones se toman por desesperación y no por conocimiento. Una campaña que promete erradicar la pobreza y la violencia con una firma suena tan demagógica como la campaña Venezolana para mantener en el poder al presidente hasta el año 2019.
Proreforma es una apuesta paradójica en tiempos en que las economías del mundo fortalecen los Estados para enfrentar los retos que el Siglo XXI actualmente nos presenta, como la crisis financiera, problemas ambientales y la inquietante desigualdad creciente, precisamente para permitir que los mercados estén en función del desarrollo humano, incluyendo la libertad personal. Probablemente pueda rescatarse algunos puntos de la propuesta sin necesidad de cambiar toda la constitución. De no ser así, al igual que muchos guatemaltecos yo no apoyaría la propuesta de Proreforma pues como experimento en lugar de enderezar la nave estaríamos condenándola a su eventual hundimiento.

17 comments:

Carlos Mendoza said...

Hola Samuel,

Me tome la libertad de reproducir este POST en otro BLOG donde se debate la iniciativa de ProReforma

http://reformasconstitucionalesenguatemala.blogspot.com/

Saludos, Carlos Mendoza.

Cet. mia said...
This comment has been removed by the author.
Lucrecia said...

Hola Samuel, poco he escuchado del debate, por que me he topado solo con los pros, gracias por este post.

Estoy muy de acuerdo con los contras que expuso, aunque no dejo igual de admirar la iniciativa de querer hacer algo a comparación de muchos como Yo que aun no hemos lanzado propuestas, y por lo tanto no hemos hecho nada y sólo nos quejamos.

Pero si creo que es necesario leer entre líneas de la propuesta, por que creo que hay una fuerte exclusión: siguo sin observar los elementos pluriculturales con tanta imoprtancia para el funcionar de los guatemaltecos, y de la juvetud claro esta.

COmo todo realmente esperaría que pudieran llamar a debate y al diálogo de manera mas formal, y que acepten cambios en la propuesta que a simple vista esta basada en la forma particular de pensamiento de una sóla persona que no creo que conozca bien a su país. Pero ojala se involucre mas aùn.

Lucrecia Silva

Leonel said...

Estimado Samuel Perez,
Desde el primer día que leí tu artículo sobre ProReforma quise hacerte comentarios, pero me contuve para evitar hacerlo a la ligera y sin la profundidad que requiere el debate sobre esta propuesta.
Sin embargo, no puedo evitar decirte que la forma en que inicias es extremadamente desafortunada. Una comparación entre el proceso de reforma constitucional en Venezuela y el que se lleva a cabo en Guatemala encontrará diferencias tan profundas que me resulta totalmente inaceptable que digas “En Guatemala pareciera que se da algo con las mismas características, con el mismo objetivo pero desde otro espectro ideológico” precisamente luego de reconocer que Chávez utiliza la reforma constitucional para mantenerse en el poder y que lo hace “usando estrategias mediáticas populistas muy efectivas”.
Tengo que preguntarte si en serio crees que pueda haber una comparación seria entre un proceso como el de Chávez, promovido por un gobernante que ha demostrado que no tiene ningún respeto por las instituciones constitucionales, estatales y privadas (y de esto hay multitud de ejemplos) donde él mismo promueve la reforma para beneficiarse a sí mismo instaurándose en el poder sin ninguna intención de devolverlo al pueblo mientras viva.
El proceso impulsado por ProReforma, por el contrario, es plenamente observante de la constitución vigente, de hecho se trata de un derecho consignado en la misma constitución (artículo 277 y siguientes), cumpliendo con los requisitos establecidos y sin modificar los artículos de nuestra carta magna que no pueden ser modificados a menos que se convoque a una Asamblea Nacional Constituyente.
El espectro ideológico de sus proponentes es totalmente irrelevante para considerar la propuesta como apegada a derecho. Sería exactamente lo mismo si la propuesta viniera de los cooperativistas, de los maestros, del CUC o de cualquier organización social o campesina. Si se observa el proceso constitucional entonces somos respetuosos de la voluntad del pueblo en un esquema democrático, de naturaleza radicalmente distinta al proceso de Hugo Chávez en Venezuela.
No se de dónde sacaste la idea de hacer la comparación.
Luego dices que “hace falta una evaluación objetiva, fundamentada y no polarizante” pero yo creo que precisamente se falta a la objetividad cuando das a entender que los proponentes de ProReforma tienen las mismas ambiciones de poder que Chávez. Dices “En Guatemala … se algo con las mismas características, con el mismo objetivo pero desde otro espectro ideológico”. Porque yo me pregunto ¿De qué vamos a discutir objetivamente? ¿De las modificaciones planteadas por ProReforma? O ¿de los objetivos e ideología que podamos percibir detrás de la propuesta? En lo primero podremos ser muy objetivos (porque hay unos textos concretos que se pueden discutir) de lo segundo solo podremos opinar subjetivamente, interpretar subjetivamente, hacer elucubraciones, conjeturas, etc.
Yo entiendo, y asumo, que lo que hay que debatir, precisamente para ayudar a la ciudadanía a “tomar sus decisiones antes de dejarse llevar por corrientes mediáticas a favor o en contra (sic)”, es el contenido de la propuesta, sus implicaciones, sus diferencias con el planteamiento constitucional actual y la racionalidad de los cambios.
¿Estamos de acuerdo?
Tengo muchísimos comentarios más que hacerle a tu artículo, pero antes creo que es importante que veamos si de verdad vamos a hablar de lo mismo.
Saludos cordiales,

Samuel said...

Gracias por tu comentario, Leonel. La respuesta a tu pregunta se resume al final de la columna donde apunto: "Una campaña que promete erradicar la pobreza y la violencia con una firma suena tan demagógica como la campaña Venezolana para mantener en el poder al presidente hasta el año 2019."

Chavez, al igual que PROREFORMA, utilizan campanas mediaticas que podemos llamar "populistas". Es decir, no estan promoviendo el fondo de la reforma sino utilizando la coyuntura (en Guatemala: violencia, pobreza) para promover un cambio estructural en el pais.
Chavez promovio un Socialismo y Proreforma busca minimizar la capacidad de intervencion del Gobierno. (Ideologias encontradas)
Mas abajo en el articulo me refiero a ello. "...un modelo que anula la capacidad de intervención del Gobierno en el desarrollo humano sin que este modelo haya sido discutido ni evaluado por la sociedad en su conjunto."

Hasta la fecha, no he encontrado ninguna evidencia empirica que muestre que la puesta en practica de la reforma como la proponen, con las condiciones que imperan en Guatemala, pueda acabar con la violencia y con la pobreza como la campana promete. De la misma forma, Chavez promovio su reforma a la Constitucion con una campana populista, anunciando unicamente la forma y no el fondo.

A eso me refiero cuando digo que " (usando estrategias mediáticas populistas muy efectivas)En Guatemala pareciera que se da algo con las mismas características, con el mismo objetivo pero desde otro espectro ideológico."

El objetivo de mi articulo busca despertar debate en el fondo de la propuesta como el sistema parlamentario en Guatemala o el modelo de Estado post/reforma constitucional.

Leonel said...

Gracias a ti también por responder.
Me temo que sigo estando totalmente en desacuerdo con tu comparación entre el proceso venezolano y el guatemalteco.
A ti te parece demagógico y populista afirmar que se puede resolver el problema de la violencia y la pobreza con un cambio que llamas estructural (es aceptable el término si se refiere al estado, que es la estructura que está definida en la constitución y que precisamente se quiere modificar) pero a mi me parece totalmente cierto.
Una solución al problema de la pobreza solo es verdadera solución si es permanente y si es respetuosa del derecho individual. Una solución de tipo “reforma agraria” (confiscatoria y redistributiva) es una solución temporal (y hay evidencia empírica de esto), e igualmente es temporal una solución tipo “gobierno paternalista” (el gobierno toma los bienes recolectados por impuestos para beneficiar directamente a los más necesitados) porque el verdadero problema no es cómo aliviar la necesidad inmediata sino hacer que la gente tenga oportunidades que le permitan por sí mismos, con dignidad humana, ganarse el propio sustento permanentemente.
Te aclaro que estoy de acuerdo con políticas de alivio temporal de las necesidades graves (y por temporal se entienden días, meses o años, cualquier cosa menos por siempre) pero me parece inaceptable que un gobierno base su estrategia de lucha contra la pobreza en acciones de alivio temporal de la necesidad, porque se corrigen los efectos, no la raíz del problema.
Entonces, volviendo a ProReforma, una estructuración del estado orientada a proteger los derechos individuales que da certeza sobre la propiedad, permite la inversión y el ahorro, que son generadores de nuevos puestos de trabajo, lo que incremente las oportunidades reales de las personas para sostenerse a sí mismas sin necesidad de la acción paternalista del estado.
Puede ser que te moleste la frase “permite la inversión y el ahorro” porque el “permite” usualmente a los estatistas les da la impresión de que es algo que queda fuera de control, porque sería mejor que dijera “obliga a invertir y ahorrar”, pero allí hay que reconocer dos cosas: una es que buscando “obligar” los estados han ejecutado políticas y promulgado leyes con efectos contrarios al objetivo buscado: el proteccionismo (la industria protegida se acomoda, no invierte y no crea nuevas plazas, tampoco busca la eficiencia y termina produciendo productos más caros), las barreras arancelarias (se elimina el estímulo para hacer competitiva a la industria nacional que entonces se desarrolla menos que la industria en el extranjero, produce a precios más altos y por tanto vende más caro), los impuestos al rendimiento del capital (donde se castiga más a quien es más eficiente quitándole la oportunidad de multiplicar sus inversiones y crear más puestos de trabajo), en resumen, buscando asegurar el desarrollo los gobiernos han producido miseria y pobreza; y dos: que permitir es mucho mejor que prohibir, evitar, entorpecer, dificultar y destruir, que es lo que nuestros gobiernos han hecho muy bien.
(Sigo en otro comentario)

Leonel said...

Respecto a la violencia. El punto de ProReforma es que si el organismo judicial se fortalece y se le da independencia financiera al separar su presupuesto del resto del presupuesto del estado (el ejecutivo se obliga, luego de las reformas, a simplemente incorporar el presupuesto del OJ al presupuesto nacional, sin hacerle modificaciones) tendrá lo que necesita para asegurar la aplicación eficiente de la justicia y sobre todo, asegurar que el criminal sea juzgado y castigado y que el inocente quede libre. Esa certeza es necesaria para desestimular la violencia y por tanto reducirla poco a poco, una vez más, se trata de una solución permanente.
Actualmente lo que tenemos son acciones puntuales (redadas, incremento de puestos de vigilancia, más policías, leyes que atacan a los sujetos equivocados restringiendo legítimos derechos) pero no acabamos con la impunidad, porque esta tiene un fuerte aliado en la lentitud y falta de recursos del OJ, el contubernio de las autoridades y la corrupción de muchas estructuras del estado.
En ProReforma se reformula el estatus de los magistrados y jueces y la forma en que son electos precisamente para fortalecer el OJ.
Las conexiones entre protección de los derechos individuales y reducción de la pobreza y entre fortalecimiento del sistema judicial y reducción de la violencia, no son evidentes a simple vista, pero tienen lógica. Tampoco son teorías, hay estudios bien fundamentados que las avalan (con evidencia estadística). Si se consideran con honestidad, son verdaderas soluciones permanentes.
Entonces: ¿Qué tienen de demagógico o populista? ¿No es ese el fondo de la reforma? (ya que tu dices que “no estan promoviendo el fondo de la reforma sino utilizando la coyuntura para promover un cambio estructural en el pais”).
Volviendo a tu comparación con Chávez y Venezuela. Pregunto ¿Presentó Chávez un plan de reformas concreto y lo puso a disposición de la gente para que lo apruebe o lo repruebe? Probablemente, pero el plan se resume en una cosa: darle al presidente carta libre para proceder como se le antoje por el tiempo que se le antoje, todo disfrazado de socialismo.
La única similitud entre el proceso en Venezuela (Chávez) y el de Guatemala (ProReforma) posible es la modificación material de la constitución. Pero tienen naturaleza y ejecución radicalmente distintas. En Venezuela el presidente solo busca darle apariencia legal a su mandato, respetar la constitución o la voluntad del pueblo no le interesa. En Guatemala el proceso es fundamentalmente respetuoso de la voluntad popular y de la constitución misma. Lo mediático en Chávez es desproporcionadamente superior a cualquier cosa pensable en Guatemala, Chávez no solo utiliza a los medios, los silencia, los confisca y los convierte en sus propios portavoces lo quieran o no. En Guatemala, lo mediático de ProReforma coexiste con su crítica, es más ProReforma ha sido más respetuosa con sus críticos que sus críticos con ella.
Si de verdad quieres insistir en seguir con la comparación será porque no quieres ver que como mínimo es una afrenta al sentido democrático de los Guatemaltecos, por lo menos similar a la que el mismo Chávez le hizo (más de una vez) a nuestra patria cuando se lanzó la candidatura de Guatemala para el consejo de seguridad de la ONU.
En otro comentario sigo con el resto de tu artículo, para que de una buena vez le entremos a lo que tiene ProReforma que no tiene Chávez (y que nunca tendrá): una propuesta concreta, coherente, no variable en el tiempo de acuerdo con la voluntad del caudillo, que se puede analizar porque los textos están a la vista.

Samuel said...

Yo no calificaría de “verdadera” o “no verdadera” solución a nada que no esté demostrado.
En ningún momento he mencionado la palabra "reforma agraria" pero ahora que lo mencionas tú me gustaría saber a qué te refieres con eso y porqué lo mencionas?
Idem con lo del "gobierno paternalista", concepto que no tengo claro a qué te refieres y no menciono para nada en el artículo. No lo encuentro en la literatura económica seria.

El desarrollo puede tener distintos medios. Pero es necesario ponernos de acuerdo a qué le llamamos desarrollo. Te sugiero leer el artículo en este blog: CRECIMIENTO O DESARROLLO.
http://guatemala2020.blogspot.com/2009/01/crecimiento-o-desarrollo.html
Vuelvo a mi artículo que sugiero que vuelvas a leer para ver que muchas de las dudas que planteas están ya respondidas en el mismo: "Los supuestos del libre mercado para que permita el desarrollo de los ciudadanos por sobre el crecimiento económico desigual (como ha sido al momento), no se han cumplido y muestran aún signos de estancamiento o retroceso por lo que pretender liberalizar la economía con una propuesta de modificación del Estado (conjunto de leyes y reguladores) sin establecer un consenso nacional, es irresponsable y pone en peligro el bienestar humano del guatemalteco promedio.)"

Leonel, respeto tus puntos de vista y agradezco que comentes los mismos en el blog pues como dice la Torá: "en la multitud de consejeros está la sabiduría". Sin embargo, creo que que el artículo de marras expresa implícitamente los puntos que tu expones por lo que dejo a tu criterio la interpretación que le das al mismo.
Finalmente, para continuar con un sano debate, te dejo dos preguntas: La primera, a tu juicio: ¿Cuál es la raíz del problema de la pobreza en Guatemala? y dos, para poner en contexto tus puntos que estoy seguro están bien fundamentados, después de leer el artículo Igualdad de derechos o de oportunidades http://guatemala2020.blogspot.com/2009/04/igualdad-de-derechos-o-de-oportunidades.html
y de acuerdo a tu punto de vista: ¿Cómo podría la propuesta de pro-reforma ayudar a salir de la pobreza a María?

Leonel said...

Me alegra que continúe esta discusión.
Aclaro el sentido en que use el término “verdadero”. A pesar de que existen múltiples indicios de que el respeto por los derechos individuales y la correcta y pronta aplicación de la justicia inciden positivamente en la disminución de la pobreza y la violencia, no es en el sentido de “demostrado” que utilicé el término, aunque solo por evitar una impropia generalización evito usarlo así. El sentido que tiene en el contexto de lo que dije es que una solución sólo es “verdadera solución” (solución real, solución al problema) si resuelve el problema de forma permanente. La reforma agraria confiscatoria y redistributiva no tiene características de solución real y permanente, lo mismo que el gobierno paternalista, y hablé de ellos para acentuar la diferencia entre una solución verdadera y una aparente.
Por cierto, no pensé que usar “gobierno” en lugar de “estado” (porque no estaba hablando exactamente de “estado paternalista”) pudiera ocasionar problemas. Yo creo que es claro que las funciones más desarrolladas de gobierno, dentro de un estado con división de poderes, corresponden al ejecutivo y por tanto pude haber usado también “ejecutivo paternalista” pero eso se habría prestado a otras confusiones. En resumen, por gobierno paternalista me refería a un poder ejecutivo que aplica políticas y programas de subvención, dádiva oficialista, alivio temporal de necesidades, como principal estrategia política, asumiendo erróneamente que los ciudadanos no tienen capacidad de proveerse a sí mismos, sin que el resto del estado siga la misma tendencia. Ya aclaré que esto no significa que no deban existir programas temporales de ayuda, deben existir siempre que no sean la principal política del estado.
Leí los artículos que me sugeriste, muy interesantes, tengo la impresión de haberlos visto antes o al menos de haber visto ideas similares. Creo que vamos a hablar de lo mismo (cuando hablemos de desarrollo).
Paso a tus preguntas.
“¿Cuál es la raíz del problema de la pobreza en Guatemala?”
Tenemos un sistema de gobierno perverso, en el que los partidos políticos han encontrado la forma de adueñarse de todo el poder (no solo del ejecutivo y el legislativo) cuando llegan a la presidencia y lo utilizan para favorecerse a sí mismos antes que al ciudadano común propiciando la corrupción y la impunidad, privilegiando las actividades de los empresarios sin escrúpulos, en detrimento de los empresarios honestos, con el consiguiente entorpecimiento de la actividad económica que puede generar las nuevas oportunidades para todos y restando competividad a las industrias que podrían generar nuevos empleos.
Cuando consideramos que esa situación lleva ya un tiempo instaurada podemos ver que los efectos para los más pobres han sido nefastos.
De hecho, esta raíz de la pobreza, precisamente por derivarse de que ya no hay una división e independencia real de los poderes del estado, es causal de modificación de la constitución.

Leonel said...

Segunda pregunta.
“¿Cómo podría la propuesta de pro-reforma ayudar a salir de la pobreza a María?”
(Para entender esta respuesta hay que leer el artículo de Samuel http://guatemala2020.blogspot.com/2009/04/igualdad-de-derechos-o-de-oportunidades.html)
Hay varios puntos a discutir en la historia de María. Primero ella trabaja en el sector informal (sin prestaciones, sin IGSS, sin impuestos) porque no hay oportunidades para ella en el sector formal. Pero no porque ella no esté capacitada o motivada, sino porque el sector formal es pequeño. Para que María encuentre nuevas oportunidades el sector formal debe crecer, pero para crecer primero debe haber certeza del respeto por los derechos fundamentales, vida (seguridad), libertad (no leyes con prohibiciones arbitrarias) y propiedad (sin peligro de confiscación, directa o solapada, impuestos a los bienes de capital o al rendimiento del capital). En la situación actual, recursos importantes de la población (impuestos) se destinan de forma antieconómica (van al bolsillo de los corruptos antes que a inversiones generadoras de oportunidades) y a María le toca competir contra demasiados desempleados por una plaza en el sector formal, al punto de que desistió de intentarlo.
Ojo, los programas especiales de crédito son un alivio temporales a una necesidad concreta, se presta dinero con menor tasa y con mayor riesgo del que el sector financiero querría asumir, de la misma forma que en un programa de alimentación asistencialista se entrega comida a un precio menor. María podría beneficiarse de un programa de crédito, si la corrupción no impidiera que los fondos llegaran.
Un gobierno corrupto sería reprobado (luego de las reformas de ProReforma) y no podría seguir gobernando con impunidad pasados los primeros dos años, ya que se le quitaría cualquier beneficio de “bancada mayoritaria” en la cámara de diputados y podría ser destituido por iniciativa del pueblo si la situación es muy grave. Puesto que los impuestos requieren aprobación de dos tercios de la cámara de diputados un mal gobernante estaría en situación débil para negociar reformas fiscales luego de sus primeros dos años restándole campo de acción para su accionar corrupto. Las leyes y reglamentos del estado (materia de la cámara de diputados) tendrían un horizonte limitado de daño (10 años de vigencia, 8 años para su renovación) antes de requerir un nuevo desgaste político de renovación (si son disposiciones ominosas) que permitiría a la población presionar para que no sean renovadas y se cambien por otras menos dañinas.
El OJ, con jueces y magistrados que son electos por procesos libres de intereses partidarios sin que quienes buscan permanecer impunes puedan favorecer a tal o cual candidato que les convenga. Al no depender los jueces y magistrados para permanecer en su puesto, de nada más que su propio actuar (ya que hay causales de destitución), pueden concentrarse en aplicar rectamente la justicia sin miedo a represalias cuando los corruptos lleguen al poder.
Este es el ambiente idóneo para mayor inversión y creación de puestos de trabajo, del que María se puede beneficiar directa o indirectamente, encontrando una plaza con prestaciones en el sector formal o al aumentar la base y la capacidad adquisitiva de sus clientes si decide seguir siendo comerciante.

Leonel said...

Sigo ahora con tu artículo.
Todavía no hemos entrado a ver tus argumentos “bueno, malo, feo” sobre ProReforma.
Dices que parte de lo bueno de ProReforma es que te “parece muy acertado que un grupo de ciudadanos propongan democráticamente una reestructura del Estado pasando del presidencialismo al parlamentarismo”, en lo cual estás equivocado. No hay tal paso “del presidencialismo al parlamentarismo”, el presidente continua siendo electo popularmente, el congreso se compone de dos cámaras, pero la independencia de poderes se mantiene, sin intromisión ni de la cámara de diputados ni del senado en las funciones del ejecutivo, más que para escuchar los informes de ejecución y aprobar el presupuesto (como hasta ahora).
También afirmas que “Proreforma tiene algunas propuestas específicas en la modificación a la constitución que pueden tener consecuencias positivas y que podrían cambiarse modificando leyes sin necesidad de reformar toda La Constitución” y mencionas la eliminación de la elección por planilla, la elección de gobernadores, y el mecanismo de destitución del presidente como ejemplos. ¿De verdad crees que hay forma en que los partidos políticos actuales o futuros acepten ceder todo el poder que representa la elección de diputados por planilla y por listado nacional (con los beneficios en dinero por compra de puestos), la designación y control de los gobernadores departamentales y la seguridad de tener la presidencia sin mayores riesgos de destitución? Si nuestra constitución establece un mecanismo de modificación en el que el pueblo tiene la iniciativa es precisamente porque prevé la corrupción de los partidos políticos y su consiguiente incapacidad para promulgar leyes de beneficio para todos cuando les restan poder. No es conveniente que leyes específicas queden en la constitución si pueden lograrse sus mismos efectos por leyes ordinarias, pero cuando el bien común (que está por encima de la conveniencia en la conformación de las leyes) lo requiere por supuesto que es totalmente lícito. Convertir en constitucional la elección directa (y no por planilla ni por listado nacional) de los diputados puede parecer un exceso, pero en este caso es necesario para asegurar que un segmento de la sociedad (los partidos políticos) que ha demostrado que no tiene escrúpulos para cambiar las cosas a su favor, vuelva a aprovecharse de su condición para cambiar lo que de otra forma sería una ley ordinaria.
Tu apreciación sobre si estos cambios requieren o no una reforma constitucional (dices “pero que no ameritan una reforma a toda la Constitución” y te corrijo: no se está reformando “toda” la constitución, es aproximadamente una tercera parte) no atiende a la realidad sobre los partidos políticos en Guatemala.

Leonel said...

Inicias tu exposición de “lo malo” diciendo “los cambios que Proreforma plantea en todo su conjunto responden a una visión de Estado que no ha sido discutida ni mucho menos consensuada por la población”, pero te equivocas porque sí hay discusión (y muy acalorada en algunos casos) y hay consenso sobre la necesidad de los cambios.
Sobre el consenso hay que preguntar, ¿consenso de qué? ¿Consenso con quiénes? Porque se podría buscar consenso sobre ideologías, interpretación de los procesos económicos, interpretación de la historia reciente o lejana, sobre qué gobierno fue mejor o peor, y aunque parezca ridículo, es de eso de lo que muchos columnistas e “intelectuales” están buscando discutir aprovechando el tema de ProReforma. Es válido buscar consenso sobre el contenido de las propuestas de modificación y sus efectos previsibles, pero si no se llega al consenso (porque desafortunadamente no hay forma de decir cuánto consenso es suficiente) es válido de todos modos presentar la propuesta. Primero porque es un derecho, y segundo porque lo que la propuesta necesita no es consenso sino aprobación. Ese ideal de un consenso universal, en el que todos están de acuerdo y felices, y ningún argumento queda pendiente de resolver, es una utopia. En la práctica, entre más consenso se busca, puesto que hay sectores acostumbrados a “pelear” por sus intereses antes que por la justicia, más oportunidad se da para que los aprovechados se inmiscuyan. Como decimos aquí, al final el que abre más la boca es el que traga más pinol, y el que llora más fuerte es el que mama más.
El consenso es deseable, pero no hay que perder de vista que solo es “conveniente” y no “necesario”, lo verdaderamente necesario es la aprobación.
Según tu ProReforma busca establecer las bases para un “un modelo que anula la capacidad de intervención del Gobierno en el desarrollo humano”, y esto sí tendrías que aclarar de dónde lo sacas, porque en las reformas planteadas el ejecutivo sigue siendo ejecutivo, con todas las facultades necesarias para gobernar y desarrollar programas de verdadero desarrollo humano. Yo creo que tu confundes lo ideológico con las reformas que se plantean. El hecho de que pensadores radicales de libre mercado propugnen por la desaparición de los estados (transformados en “estados policias” por ejemplo) no significa que ese planteamiento se aplique o siquiera que esté presente de alguna manera en ProReforma. Revisa el artículo 183 y te darás cuenta que esencialmente las funciones del presidente se conservan intactas. No hay prohibición de ejecutar políticas de desarrollo humano, no hay eliminación de ministerios ni de programas, no desaparecen las secretarías ni los fondos. De verdad, no se dónde lo viste, pero definitivamente o viste mal o te lo imaginaste.
Me da la impresión de tu crees que la propuesta de ProReforma es constituir un estado institucionalmente proclive al libre mercado. Por ejemplo dices “los supuestos del libre mercado para que permita el desarrollo de los ciudadanos por sobre el crecimiento económico desigual (como ha sido al momento), no se han cumplido y muestran aún signos de estancamiento o retroceso por lo que pretender liberalizar la economía con una propuesta de modificación del Estado (conjunto de leyes y reguladores)…” Si ese es el caso estás equivocado. En las cámaras del congreso caben todas las ideologías, lo mismo que en el ejecutivo se pueden conducir políticas no apegadas a esa forma de economía, siempre que sean respetuosas de los derechos individuales.

Leonel said...

En muchas ocasiones al leer las críticas a ProReforma he visto ataques contra los firmantes. Se les descalifica aduciendo que firmaron por cualquier razón. A mi ese planteamiento me parece equivalente a decir que los guatemaltecos firmamos cualquier papelucho que nos pongan delante, con nombre, número de cédula y número de empadronamiento, sin ponernos a pensar en qué es lo que estamos firmando y que probablemente ni siquiera tenemos la capacidad de analizarlo. Todo ello es obviamente ofensivo e injusto. Tu también dices “las firmas que apoyan la iniciativa fueron inducidas en kioscos y motivadas por la publicidad o la desesperación ante la crisis de violencia imperante sin que las personas conozcan a fondo la propuesta que firmaron”. ¿Tienes pruebas? ¿Cuántas veces acompañaste a los recolectores de firmas? ¿Has hablado con alguien de los que firmó? ¿Es suficiente hablar con unos pocos para sacar conclusiones sobre más de 73,000? ¿No es ofensivo lo que dices?
Es evidente que tu no conoces a fondo la propuesta (ya te señalé varios errores derivados de ese desconocimiento) pero que asumas que por ello los demás tampoco la conocen es inválido y arrogante.
Tocas el tema del senado y de la calificación de 50 años necesaria para ser senador, nuevamente con errores de comprensión. Dices que el sistema de elección de ese órgano “excluye a la mayoría de la población (joven y que no vive en la capital) en la toma de decisiones nacionales limitando su participación en el Senado”. Primero la materia sobre la que el senado emitirá leyes son aquellos códigos que regulan la convivencia y las relaciones entre personas, un ámbito muy limitado si se considera que se debe respetar la vida, la libertad y la propiedad. La ley y lo que puede hacer el senado se explican en el artículo 172 y 173 de la reforma y son tan específicas que cualquier desviación puede hacerse caer fácilmente en inconstitucionalidad. Las políticas y programas de gobierno siguen en manos del ejecutivo donde habrá amplio campo para la participación de los jóvenes, además de las municipalidades y otros puestos de elección popular. La gran mayoría de decisiones nacionales no quedarán en manos del senado. Segundo, no hay exclusión en función de si alguien es de la capital o del interior (y ahí noto cierta presunción tuya de que “la gente del interior no va a entender cómo funciona eso” espero equivocarme porque además de arrogante sería falso), para la primera elección del senado 100 personas de 50 a 65 años podrán proponer un candidato, sin restricción de su lugar geográfico, lo que da oportunidad a multitud de representantes a postularse y ser electos. La clave es que serán electos por la gente que ya los conoce (porque han vivido el mismo tiempo que ellos) y podrán considerar su hoja de vida en lugar de su propaganda, como factor de decisión.
Mencionas que se mina la oxigenación intergeneracional, pareciera que ignoras que cada año se agregarán 3 senadores nuevos y saldrán 3 y que 15 años es un plazo relativamente razonable para la carrera de un diputado actual (hay quienes han estado más de 3 periodos seguidos en el congreso). Y vamos, el senado con ProReforma es solo una pequeña parte del estado, hay muchísimo espacio para la juventud (que debe demostrar su valía antes de pretender llegar al senado) en todo el aparato estatal: ministerios, secreatarías, cámara de diputados, organismo judicial, etc., etc.
La razón para que el senado se elija como se propone es que se busca que lleguen a él personas con vida honorable, de las que se pueda tener referencias fiables (si en 50 años de vida no ha producido buenas referencias no llega) y que sean electas por quienes los conocen – sus coetáneos – en lugar de por quienes podrían ignorar hechos clave de su vida, como es el caso actualmente.

Leonel said...

Te pongo un ejemplo, un diputado malversa fondos del estado, es perseguido y acusado pero no se logra su condena, todo mundo se entera, pero dentro de 10 años regresa y se postula de nuevo. La gran mayoría de electores, que hoy tienen entre 8 y 15 años, no le puso atención a la historia ya que estaban más ocupados disfrutando la mejor parte de su vida, así que, gracias a una eficiente propaganda, llega de nuevo al congreso. Eso no podrá pasar con los senadores en ProReforma. No hace falta decir que el mecanismo de planillas y listado nacional facilitan regresos de ese estilo.
Sobre lo “feo”. Ya discutimos sobre lo de eliminar la violencia y la pobreza y te expuse porqué a mi no me parece demagógico. Dices “sin embargo, existiendo esfuerzos consensuados como el plan Visión de País, las mesas de dialogo intersectorial y los acuerdos de paz en la agenda deben de ser utilizados como insumos para trabajar en las metas de desarrollo como los Guatemaltecos conjuntamente lo hemos definido en un esfuerzo mutuo que ha llevado años lograr”. ¡Perfecto! ¡Qué presenten su propuesta! 5,000 firmas y se pasa al congreso y si hay aprobación, a consulta popular, ahí no hay nada feo.
“Hacer un referéndum en tiempos de crisis tampoco es aconsejable pues las decisiones se toman por desesperación y no por conocimiento”. Nunca es tiempo, nunca es el momento adecuado, eso todo mundo lo sabe. Y vamos, dejemos ya de subestimar a los guatemaltecos en cuanto a su capacidad de tomar decisiones juiciosas.

Perdón por poner tantos comentarios juntos. Por respeto al resto de lectores de este blog no postearé más en este artículo, al menos por un tiempo, para no capitalizar la discusión.

Un saludo.

Samuel said...

Gracias por tus comentarios Leonel.

Unicamente, para aclararte, yo también he investigado y leído la propuesta, pero tengo un punto de vista menos sesgado que tu, lo que me da alguna libertad para criticarla con bases.
Sería irresponsable opinar sin tenerlas. Mi visión es desde la perspectiva economica y veo que la tuya desde la perspectiva política-ideológica. Válido.

Cuando hablo de parlamentarismo, como ejemplo te cito los articulos 193 y 194 de proreforma. No lo veo malo ni bueno, sencillamente es un hecho que se traslada el poder al parlamento.

Finalmente insisto en que el proyecto busca establecer las bases para un Estado que no ha sido consensuado por la población, arrogandose la solucion de los problemas con cambios que no han sido probados con las condiciones y asimetrías imperantes en Guatemala. Yo no calificaría de inescrupulosos o bondadosos a empresarios. Las empresas tienen un fin ultimo que es maximizar utilidades. De allí toda la discusión del sistema regulatorio en una economía.

Me quedo con algunos de tus argumentos pero todavía no estoy convencido del proyecto Proreforma tal y como está presentado. Y tambien descanso un poco para escuchar a otros lectores.
Saludos.

G.P. García said...

Hola. Mi aporte es este: Reproduzco lo que opina Danilo Rivera:

“No todo lo que brilla es oro”, frase muy certera y que recuerdo al observar el trabajo que han venido desarrollando desde hace un tiempo varios jóvenes en los parques de las ciudades, centros comerciales, universidades, centros educativos, mercados entre otros, solicitando la firma de la población para “acabar con la violencia”, “disminuir el número de diputados”, “para que exista justicia e igualdad”, etc. Con estas firmas se busca dar soporte desde la lógica “democrática liberal” a la propuesta del grupo ProReforma, que tiene como finalidad realizar cambios a la Constitución Política de la República de Guatemala.

Si bien en los últimos días hemos observado la preocupación y la manifestación con mayor firmeza por parte de muchas y muchos guatemaltecos exigiendo que se acabe la violencia, la injusticia, la impunidad, la corrupción, también hemos observado cómo ciertos grupos políticos han tratado de acarrear agua para su molino. Es el caso del grupo ProReforma que está aprovechando esta coyuntura y presionando al Congreso de la República, para que la propuesta que ya entregaron sea aprobada.

El tema no es tanto los artilugios con que hacen política, sino la propuesta que están promoviendo, la que –entre varios aspectos– plantea, a mi criterio, una nueva distribución de cuotas de poder que darían a luz un nuevo modelo político basado en la redefinición del poder legislativo mediante la creación de un Senado y Cámara de Diputados. Lo que no comparto es la forma en que se plantean los roles y funciones del Senado, que además despojan de golpe y porrazo algunas de las atribuciones del poder Ejecutivo y Judicial.

G.P. García said...

...continuación.

Son más de 70 las reformas propuestas. Por ejemplo, se plantea que “El senado será el encargado de decidir los Ministerios, secretarías que deben de operar, así también las funciones de quienes las representan”. Otra es que “serán los únicos que podrán proponer, crear, reformar leyes”, como también “decidirán qué impuestos deben de operar, o cuál crear específicamente”. En síntesis, la propuesta delega en el Senado la toma de las decisiones más importantes para dirigir al país.

Ahora bien, ¿en qué consiste este Senado? De lo poco claro de esa propuesta se entiende que estará integrado por 45 senadores y 45 suplentes –90 en total– que serán personas entre 50 y 65 años, los que serán electos únicamente por personas de su misma generación. Esto significa que todas y todos los que sean menores de estas edades o mayores, es decir que no pertenezcan a esta generación, no podrán decidir quienes integrarán el Senado. Tampoco especifica si los postulantes serán representativos de las distintas regiones, departamentos, grupos lingüísticos, grupos étnicos; ni qué personas, entidades, colegios de profesionales, etc. los elegirán. Por otro lado, la propuesta establece que un senador puede durar en el cargo hasta 15 años. Si son electos a los 50 años tienen hasta los 65 años para participar en éste, y al cumplir 66 años, podrán ellos mismos proponer a otros personajes que podrían sustituir a los salientes, y de nuevo el grupo generacional comprendido entre los 50 a 65 años será el que pueda elegirlos.

Impresiona la forma antidemocrática de elegir a quienes conformarán el Senado, no sólo por las atribuciones que les están delegando, sino también por la gran cantidad de tiempo que pretenden permanecer en el ejercicio de ese poder. No encuentro argumento alguno que me explique el por qué es tan discrecional esa forma de elección, ni tampoco por qué mantener hasta 15 años a una misma persona en el puesto. A mi modo de ver, se quiere conformar un Senado integrado por personajes urbanos, blancos, ladinos, acaudalados, de buenas familias. Es decir, un Senado desde y para los mismos que siempre han gobernado el país.

Por otro lado, observo que es gente joven la que ha sido utilizada para recoger firmas. Valdría la pena establecer si los señores de ProReforma les explicaron los alcances elitistas, antidemocráticos y aristocráticos de esa propuesta. Y la misma pregunta es válida para la población a la que se le “vendió” esa idea y que firmó sin conocer la totalidad de los cambios que este grupo busca promover.

Es necesario aclarar tales situaciones pues no se puede proceder de esa manera para lograr sus objetivos que, desde mi punto de vista están muy lejanos de acabar con los males que nos aquejan. Más bien, se están creando condiciones para darle vida y fuerza a una forma de organización política desde la cual esos “sabios” podrán hacer y deshacer legislaciones a favor de sus intereses sectoriales.

Por último, considero que una propuesta de cambios a la Constitución Política de la República de Guatemala, debe partir de la discusión de todos los sectores que conformamos la sociedad, y que la misma priorice el bien común, se geste y desarrolle bajo procesos democráticos, transparentes y no excluyentes.

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