Saturday 13 June 2009

PORQUÉ LA GENTE HABLA DEL CLIMA?

La realidad pesa mas que el optimismo.
(Critica constructiva al movimiento GuateAmala)

Según una encuesta en los USA, 9 de cada 10 personas utilizan el clima como un tema para iniciar una conversación. El clima es algo que nos afecta a todos por igual y da mucho de que hablar pues es compartido por todos, sin importar la edad, raza, posición social, nivel económico, nacionalidad, genero, idioma, etc.
No hay buen clima o mal clima, sencillamente hay diferentes climas. Y cada quien se refiere a él como le afecta, pues es un punto en común para comunicarse. Para el agricultor la lluvia es beneficiosa y al vendedor de helados le pesa que llueva.
En un mismo país esos referentes comunes pueden ser, además del clima, las noticias del día, los símbolos que identifican situaciones comunes (iconos, personajes, situaciones públicas de difusión masiva, etc.), las decisiones políticas que afectan a todos por igual, y la situación que prevalece en una sociedad. Es decir, ver el vaso medio vacío o medio lleno depende de cómo este el vaso. Si el vaso está a la mitad, cada persona puede verlo según su propio paradigma. Sin embargo, si el vaso no llega a la mitad, imposible será afirmar que está medio lleno. Es difícil que la gente no hable de violencia si le han matado a un pariente o le han asaltado a él, ella o a alguien cercano a la familia. Es difícil que la gente no hable de la pobreza cuando 6 de cada 10 personas viven con menos de 2 dólares al día! En mis palabras: La realidad pesa más que el optimismo. Sin embargo, ser realista no quiere decir tampoco ser fatalista. Sencillamente se debe ser objetivo para enfrentar las situaciones y resolver lo que se deba.
Hace ya mas de dos años que se inició un movimiento novedoso en Guatemala del cual yo me involucré con mucha convicción y una condición. El movimiento GuateAmala. La condición fue que en el momento en que eso se convirtiera en un club o un movimiento político, ya no lo apoyaría. Aunque tampoco lo detractaría si expondría mis motivos para evitar que en este país se pierdan los ideales de vivir mejor. A veces las causas nobles caen en errados objetivos. Realizamos talleres, me encontré con gente conocida que suelo ver en distintos foros y que es la misma, pues siempre es la que busca hacer cambios en el país. Conocí nueva gente que hace maravillas y me tope también con personas que solo buscan sobresalir. Sin embargo, fue una bocanada de oxigeno usar el escaso tiempo para desarrollar el credo y los principios de nuestra cultura de prosperidad, conocer proyectos y acciones que se están llevando a cabo para cambiar al país y fui testigo de actividades sin parangón en los mas de 30 años que tengo de vida.
Sin embargo algo pasó… el movimiento no trascendió como se esperaba. Hubo críticas y desconfianzas, hubo una sima y luego una caída… como que el ciclo fue muy corto. Y hubo mucha publicidad… SI! Pero DEL movimiento, no de los objetivos del movimiento. Rótulos por toda la ciudad informando que GUATEAMALA está cambiando al país no generó el impacto esperado. Solo polariza, crea envidias, genera dudas, aliena. Pues en lugar de empoderarse del país, hay que previamente empoderarse de una institución, de un movimiento, de un slogan, de un color... que no todos entienden ni comparten. No se está hablando del clima, se está hablando de una nube en el cielo, que no todos vieron, que no todos entienden su forma y que no todos comparten pues es efímera.
Claro que se puede lograr que los guatemaltecos vean el tercio de lo bueno que tiene el vaso de agua, pero no es promoviendo una institución. Se logrará promoviendo AL País, generando referentes, generando culturas que fue la idea original, (qué pasó por cierto) generando nuevos iconos, resaltando nuestros iconos, creando un slogan de GUATEMALA, un logotipo de GUATEMALA, no hacer publicidad del Movimiento.. sino hacer publicidad del PAÍS, de GUATE. No hay que hablar del movimiento, hay que hablar del país y de sus elementos comunes positivos, de esa 3ª parte del vaso que esta llena, no de una persona o una empresa, ni de los proyectos, sino de los elementos comunes que a todos nos hacen sentirnos orgullosos de nuestro país. De nuestro bendito clima, de nuestros volcanes, de nuestra verde naturaleza, de nuestra humanidad, de lo que nos pertenece con solo mostrar nuestro pasaporte como “título de propiedad”.. recoger información de lo que otros afuera del país opinan de Guatemala y hacerlo ver hacia dentro. Nos quedaríamos asombrados de la cantidad de personas que admiran a Guatemala y quisieran vivir en este país. Si no tenemos esos referentes, empecemos a crearlos. Pues como decimos los guatemaltecos: Para luego es tarde.
Me sorprendió saber que a una periodista joven que creó un programa televisivo llamado: Vives en Guate… amala! Fue censurada por el mismo movimiento, por utilizar el nombre GUATEAMALA en su programa. De esta forma, me doy cuenta que el movimiento se volvió un club. Que los objetivos nobles que esperábamos se convirtieron de nuevo en una forma de manipular la opinión publica. Así, no vamos a avanzar. Es mejor reconocer la realidad que tapar el sol con un dedo. Amar a Guatemala no es cuestion de sloganes o cobrar por el uso de una marca registrada. Para amar a Guatemala no necesitamos mas polarizaciones.

Tuesday 9 June 2009

“El revolucionario que no fue” (Historia de la vida real)

Soy parte de un movimiento que está haciendo historia, pensó Andrea. Ahora sí Guatemala está cambiando! Los jóvenes estamos despertando del letargo y estamos abriendo los ojos. Su primer año de universidad privada no pudo haber sido mejor. Hoy sí que se sentía independiente y útil para el país! Se puso su camiseta blanca y junto con su grupo de cuates se encaminaron hacia la plaza Italia. Ya habían hablado de eso en el colegio el año pasado: Cómo es la Guatemala que sueñan les preguntó el maestro de sociales, y toda la clase coincidía en que no era para nada parecida a la que les estaban heredando los adultos que hoy estaban haciendo política en el congreso y en el Gobierno. Pero tampoco se salvan los empresarios corruptos que compran diputados para hacer movidas chuecas, ni los que le prestan los aviones al presidente a cambio de favores o los que para producir sus ganancias están contaminando al ambiente, deforestando por un lado y lavándose la cara por el otro en sus donaciones a la Teletón. También tenían la culpa de haber destruido Guatemala los maestros de colegios, escuelas y profesores universitarios que solo hacían su chance por un sueldo y en lugar de procurar despertar en los alumnos el deseo de aprender más por su país, conocer más la historia reciente y porqué estamos como estamos, o incentivarlos a la excelencia, promovían la haraganería no calificando los deberes o exámenes concientemente; la mediocridad aceptando trabajos “copy/paste” y la corrupción dejando que los alumnos ganaran los cursos a veces copiando en los exámenes frente a ellos. Peor aún, tenían la culpa los alumnos que copiaban en los exámenes, las tareas o jamás se interesaban por aprender sino mas bien por “ganar la clase” pues lo que importa es salir del colegio o de la “U” aunque hayás pasado de noche…como ella algún día también lo dijo. Lo cual era hasta una broma inocente impregnada en la cultura del chapín citadino promedio.

También teníamos la culpa cada uno por enterrar la cabeza como avestruces y no ver la realidad del país, donde no se condena a la pobreza sino al pobre; donde no se acepta que todos somos hermanos y nos vemos como competencia, o peor aún discriminamos a quien no es "como nosotros". La situación del país, estaba convencida Andrea, no surge por generación espontánea. Lo que vivimos es la cosecha, es la consecuencia de vivir en una sociedad que no integró a todos sus habitantes en un modelo común de desarrollo. A diferencia de los países con altos índices de desarrollo, en Guatemala la suerte de donde naciste o cómo te ves es la que en un gran porcentaje determina la riqueza o pobreza de una persona.


Cuando les contó a sus amigos que en la universidad iban a estudiar temas interesantísimos como porqué los indígenas son la población mayoritaria que vive en pobreza, o qué significan las asimetrías en los mercados imperfectos, o porqué la carga tributaria es tan baja en el país o la historia de Guatemala desde la conquista y los golpes de Estado, las causas de la guerra interna y los acuerdos de paz, sus amigos le contestaron. Vos, “que hueva”. Ya parecés de esas intelectualoides y hasta te oís como comunista. Cuidadito, “no vayás a parar pobre y frustrada por andar investigando cosas que ya pasaron y no nos interesan”. Después es imposible conseguir chamba si te oyen hablar así.

A veces, cuando Andrea les preguntaba sobre la quema de la embajada de España, o sobre la revolución de 1944 solo recibía miradas desaprobando sus ideas y cambio de tema.

La semana pasada estuvieron estudiando sobre el calentamiento global, la extinción de especies en los últimos 20 años y la deforestación en el Petén y las verapaces… ¿Qué opinan ustedes del desarrollo sostenible muchades? Callate vos, le dijo su cuata…parecés Ecohistérica. Ahora hasta vas a apagar las luces en la payasada de la “hora del planeta”.

- "No seas mulita, esas cosas son de los ecohistéricos que solo buscan lavarte la cabeza con sus tonterías del CO2 y esas pajas. Unos cuates se rebelaron y en lugar de apagar luces más las encendieron! Así hay que ser! Demostrar que los individuos hacemos lo que queremos. Al final la plata es la que manda." volvieron a recordarle sus compañeros de clase.
- ¿Qué cosas te pasan? La idea de manifestar es por la muerte de Rodrigo. No te volvás fanática ni socialista. Si no te gusta Guate andate a vivir a Cuba y vivir como el Ché.

Ante la pregunta de Andrea de qué significaba ser comunista, socialista, capitalista o ecohistérica, solo encontró respuestas vagas, comparaciones con otros países y ataques hepáticos que a todas luces mostraban la ignorancia en esos temas. Ser socialista eran sinónimos de Hugo Chavez o Cuba. Ser de izquierda era casi un pecado y mala palabra. Ser de derecha era "cool". Pero nadie entendía qué significaban esos términos.

En la Universidad, hicieron un trabajo sobre el impacto de la publicidad en los niños y jóvenes, y Andresa se dio cuenta cómo las aparentes buenas intenciones están en realidad buscando crear más consumidores y acaparar más mercado como ultimo fin sin importar los medios que muchas veces son poco éticos e irresponsables.
Y se preguntó: "Qué pasaría si se prohibiera a las empresas colocar su logo en las campañas que apoyan que dicen ser de beneficio social? Seguirían las empresas invirtiendo en ellas?"... Nadie contestó.

Andrea se dio cuenta que el poder corrompe y donde hay mucho dinero hay mucho poder, corrompiendo a quienes lo tienen así como cuando el gobierno también se corrompe y hace lo que le place.
Se dio cuenta también que en un país donde reina la anarquía no hay poder más fuerte que las armas pues son productos creados exclusivamente para asesinar y que el negocio de armas en el país es millonario. No en balde algunos intereses poderosos se ven beneficiados con tanta violencia y con permitir la portación de ciertas armas tanto a delincuentes como a civiles. Ni las leyes ni una nueva Constitución, ni un nuevo sistema de justicia, ni incluso el juez más honesto son más poderosos que una persona con un arma que amenaza asesinar a quien se le ponga enfrente para hacer cumplir la ley. Cualquier policía, privado o público también teme morir y si un secuestrador, ladrón o narcotraficante tiene armas en su poder hará lo que quiera en este país.

Andrea llegó con sus amigos con esta nueva idea: "Imagínense, muchá, a un PMT queriéndole poner una remisión a un vecino con una Beretta.45 solo porque se pasó el semáforo en rojo. Las leyes les valen a los que tienen armas. Y por eso estamos como estamos", argumentó. "Porqué no prohibimos las armas por unos años mientras este país se compone? ¿Porqué los jóvenes no investigamos y solo nos interesa la parranda y hacer mucho pisto? " No y no dijeron sus amigos. Las armas son para defendernos. Mirá que si viene un hdp a querer decirme cómo vivir yo le pego un tiro!
Andrea solo gritó: "¿Porqué en lugar de solo marchar en proTESTA no hacemos proPUESTA?" "No estaremos cayendo en una nueva moda en que el que sale a marchar es el bueno de la película y luego podemos seguir viviendo como estabamos antes de la muerte de Rodrigo?"
Sus amigos asintieron con la cabeza pero no profundizaron más en el tema.
El otro día un amigo llegó con un chiste: "Miren muchá, qué es peor: ¿Un indio con pisto o un mula en el poder?" Andrea molesta le dijo:
-“No veo nada chistoso en tu comentario. ¿No será que por reírnos por esas cosas es que estamos como estamos?”
- Ulugrún -contestaron sus amigos evidentemente alterados– ahora te volviste amargada! No seas aguafiestas ni resentida. Ya estás sonando como los mucos acarreados del parque central.
Dejá que ya hay gente haciendo cosas. Nosotros marchemos y apoyemos. Ellos saben lo que hacen. Total, estamos muy chavos para estar metidos en esa porquería de la política. Vamos el domingo de blanco y a ver que pasa... yo llevo una hielerita y unas chelitas por eso del calor... luego sale antiguazo. Además aprovechamos ir a San Felipe pues le tengo que comprar un "disfraz de indito" a mi hermana que se va a vivir a California pues se consiguió un su gringo que la va a sacar de esta mierda.

Andrea lloró y se quitó la camiseta:

Guatemala no estaba cambiando...Quien estaba cambiando era ella.

Wednesday 3 June 2009

Vivir en sociedad

"La vida inteligente es una continua secuencia de toma de decisiones individuales".

Vivir en sociedad acarrea la renuncia de cierta soberanía individual. Se conjura de nuevo la famosa máxima: “mi libertad termina donde empieza la tuya”. Mas allá de los límites de la libertad, vivir en sociedad responsablemente implica la comprensión de la interacción que se tiene con el todo. Nos guste o no, cada persona constituye una pieza de la gran maquinaria social y ambiental dentro de la que vivimos e interactuamos. La libertad absoluta se restringe al compartir un ecosistema natural y social en el planeta. La existencia del individuo es relevante para el resto de la sociedad. El espacio que se ocupa, el oxígeno que se respira, los recursos que se consumen en cuanto a alimentación para subsistir, el deshecho que se genera, los costos sociales que, sabiéndolo o no, cada persona ocasiona restringen la soberanía del otro y viceversa.
El nacimiento de cada individuo hace que “el todo” se recomponga constantemente.
¿Se ha puesto a pensar en cuántas personas están involucradas en la venida al mundo de un nuevo ser en términos económicos bajo ciertos supuestos de mercado? Las decisiones y acto de la pareja que decidió procrear afectaron emocionalmente a cada uno de ellos, provocándoles una serie de toma de decisiones en sus propias vidas que modificaron su entorno económico, ecológico y social.
El consumo de medicinas prenatales, las visitas al médico, la compra de ropa, la cuna, los juguetes, las reuniones sociales que celebran la llegada del bebé, etc. dan trabajo a miles de personas. Las familias y amigos de los futuros padres modifican su conducta económica desencadenando relaciones de producción que anteriormente no existían solo por la venida de un nuevo ser al mundo.
Imagine al carpintero que hace cunas, al dependiente que trabaja en la farmacia despachando prenatales que el médico ordenó o la joven que trabaja en la maquiladora cosiendo botones para la ropa de bebé. Sin esa fuente de ingreso, ninguno podría llevarles comida a sus propios hijos. Cada quien se ve beneficiado por ser un engranaje que mueve la maquinaria de la sociedad económica en su conjunto a través de lo que se conoce como economía de mercado. De esta forma, Adam Smith apuntó que el hecho de que cada persona busque su propio bienestar, hace que las demás personas se beneficien. Esta forma de ver la vida se fundamenta en un concepto trillado pero nunca agotado: La Libertad. Sin embargo, como mencionamos arriba, existen costos sociales y es menester estar consciente de la influencia que tienen las decisiones y acciones que cada uno realiza al vivir en esa red social. El calentamiento global es un justo ejemplo de dichos costos sociales que los economistas llamamos externalidades negativas.
Es en esa búsqueda de libertad cuando las consecuencias de una decisión tomada conllevan a la responsabilidad del sujeto a corregir el daño o recibir la recompensa por lo construido a raíz de su acción u omisión. La ética radicaría entonces en la capacidad del individuo de asumir su responsabilidad, estando consciente primero, de las consecuencias de sus actos u omisiones antes de tomar la decisión y segundo, de la corrección de los daños ocasionados a terceros o al entorno por la decisión tomada. Difícil de lograr espontáneamente y lo que hace complicada la vida en sociedad. Yo hago lo que a mí me parece bien, pero debo comprender que más allá de los juicios de valor que impongan las personas o mi religión, mi responsabilidad es ante los demás por las consecuencias que provoca mis acciones frente a una situación dada. Si personal y voluntariamente no puedo asumir la responsabilidad de mis actos, es donde la fuerza de la ley entra en juego y es la forma que tiene el Estado de organizarse para garantizar la convivencia social. Algunos Estados deciden organizarse protegiendo al individuo incrementando las leyes y regulaciones que protejan la propiedad individual (crimen/castigo), obviando las asimetrías y penalizando a quienes no pueden insertarse en la ecuación del modelo productivo de mercado. Otros se organizan solidarizándose con el menos favorecido para de esta forma lograr armonía y convivencia procurando disminuir externalidades negativas, asimetrías y brindando oportunidades a otros para construir comunidad y compartir espacios y recursos. Modelo que podríamos llamar economía social de mercado. Al final del día, ambos modelos de Estado tienen sus costos y beneficios, y no son exactamente iguales de una sociedad a otra. El rol activo o pasivo del Gobierno también depende de la forma en que los ciudadanos contesten a las preguntas de la convivencia en sociedad y tema para otra columna.
Los juicios de valor: “bueno” o “malo” estarán en función del daño que el individuo provoque a su entorno o hacia sí mismo. Esto, a la larga, es el fundamento primario de vivir armónicamente en sociedad y es otra de las conversaciones fundamentales que la nueva generación de guatemaltecos debe entablar.

Blog Archive