Pena
de Muerte
¿Cuál es el debate de fondo?
Artículo
43. Pena de muerte. La pena de muerte, tiene carácter
extraordinario y sólo podrá aplicarse en los casos expresamente consignados en
la ley y no se ejecutará, sino después de agotarse todos los recursos legales. No podrá imponerse la pena de muerte:
1. Por delitos políticos;
2. Cuando la condena se fundamente en
presunciones;
3. A mujeres;
4. A varones mayores de setenta años;
5. A personas cuya extradición haya sido
concedida bajo esa condición.
En estos casos y siempre que la pena de muerte fuere
conmutada por la de privación de libertad, se le aplicará prisión en su límite
máximo.
En
Guatemala el artículo 43 del código penal contempla la pena de muerte. Qué fundamenta
el debate coyuntural? El argumento de que la pena de muerte es un disuasivo
ante la violencia homicida en el país es superficial. La violencia homicida es
un tema más complejo que una relación hecho delictivo-pena capital. No existe
evidencia contundente que sugiera que la pena de muerte per-se resuelva los
problemas de violencia homicida en el país. De hecho, estudios muestran que la pena de muerte en EUA no es un disuasivo, por ejemplo. Los Estados que aplican la pena de muerte presentan más altos índices de violencia homicida que los que no la contemplan.
¿Qué es exactamente lo que se está pidiendo en Guatemala relativo a la #PenaDeMuerte? ¿Ejecuciones públicas? ¿Revisar la legislación? ¿Masacrar masivamente a quienes hoy ocupan cárceles? Creo que el discurso de la pena de muerte
como se está lee en el debate público en el país se sustenta en fundamentos
poco sólidos y se presta a muchas lecturas y confusiones.
Aquí algunas
preguntas para alimentar el debate:
¿Refleja la pena de muerte realmente
justicia restaurativa o es más bien una medida de venganza?, ¿Con una débil
institucionalidad, cómo se garantiza que el Estado no sea un mero ejecutor de
personas que atentan contra agendas paralelas que capturan a instituciones
imponiendo su cuota de poder? Hoy puede ser la extrema derecha, mañana la
extrema izquierda y pasado mañana el capricho de alguna fundación o un grupo
poderoso. Un Estado débil como verdugo constituiría un peligro para la libertad
y los derechos inherentes a la persona humana. Pienso, sin embargo, que en el
contexto guatemalteco, lo que clama la ciudadanía es justicia, una sociedad no
violenta y la reducción de la delincuencia. Ojalá la convivencia armónica.
La
violencia y delincuencia en Latinoamerica en general y en Guatemala en particular es un debate más complejo que la
discusión de la pena de muerte. Es motivada por muchos más factores (individuales, familiares, economicos, políticos, institucionales, entre otros), como la
impunidad, la salud mental, una sociedad mayoritariamente pobre, profundamente dividida y
desigual, cuotas de poder concentradas en pocos manos, un sistema social, político
y económico aún corrupto y con tráfico de privilegios, una cultura de
autoritarismo y una historia aún reciente de conflictos armados y guerra
interna, economía ilegal rampante (como el narco y trata de personas), así como
causas estructurales que reproducen pandillas, sicariato e impunidad. El caldo de cultivo idóneo para una sociedad disfuncional.
¿Se
pretende solucionar el problema de la violencia ejecutando a muchas personas
con inyección letal? ¿Veríamos cada semana filas de personas entrando a dicha
cámara por los atentados a pilotos de buses, por ejemplo? ¿Será rápido y
expedito un proceso que condene a alguien a la pena capital o se está pensando
en tribunales de fuero especial? ¿Y si
son menores de edad? ¿Y si son mujeres o adultos mayores de 70 años? ¿Se pretende
reformar la ley contraviniendo lo que estipula el artículo 43 del código penal?
Sinceramente, lo dudo, a menos que el País busque ostracismo político y
comercial a nivel internacional.
Más aún, ¿se reduciría la violencia con
empezar a ejecutar a “enemigos del sistema”? No lo creo. El sicario sabe que
hoy mata o lo matan, por lo que si a pena de muerte como disuasivo vamos, ésta existe de hecho en las calles con la ausencia del Estado y en un contexto de rampante impunidad.
Quienes
claman por la pena de muerte les debería incomodar ver cómo el Estado hoy favorece
a reos con privilegios que salen de la cárcel y gozan de impunidad.
Les debiera incomodar cómo existen privilegios dentro de la misma cárcel como los que cuenta la ex Vicepresidenta. Cárceles "VIP” como la del ex Presidente Otto Pérez y otros ex funcionarios. Cárceles tomadas por pandillas y manejadas autocráticamente en total impunidad.
Les debiera incomodar cómo existen privilegios dentro de la misma cárcel como los que cuenta la ex Vicepresidenta. Cárceles "VIP” como la del ex Presidente Otto Pérez y otros ex funcionarios. Cárceles tomadas por pandillas y manejadas autocráticamente en total impunidad.
¿Es ese el contexto institucional ideal para ejecutar delincuentes? ¿Con raquíticas instituciones y un débil Estado?
En realidad esa corrupción e impunidad, al ser trasladadas a un Estado con autoridad para matar, estaría dándole luz verde a políticas de miedo y temor en la población civil.
En realidad esa corrupción e impunidad, al ser trasladadas a un Estado con autoridad para matar, estaría dándole luz verde a políticas de miedo y temor en la población civil.
La pena de muerte no es una respuesta binaria. Personalmente me
inclino más a evitarla y atacar más bien las causas de la violencia homicida. Actualmente, el Código penal la contempla como último recurso según el contexto del
delito, habiendo agotado todas las instancias y procesos.
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